🕷️Baby 1🕷️

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―Entonces…

Empezó la princesa del infierno cuando el silencio se volvió demasiado prolongado.

―¡Espera! Déjame ver si entendí…

Interrumpió de pronto la joven de blancos cabellos, apretándose el puente de la nariz en señal de frustración.
Mientras tanto la ciclope veía de una a otra tratando de parecer lo más relajada posible, aunque en realidad se encontrara en un perpetuo estado de alerta.

―¿“Esto” es de Ángel?

Preguntó la chica de gris, a un paso de perder la paciencia, observando como una bola de pelos blanca con rosa jugaba tiernamente a dar vueltas en la alfombra del hall del hotel.

―Si, bueno, yo no diría que de Áng…

Antes de poder explicar nada, la ciclope se encontró dirigiendo una de sus manos a sus bolsillos traseros, cerciorándose de la presencia de sus preciados explosivos, justo en el momento donde la albina se ponía histérica sacando su lanza y maldiciendo a su amigo en un muy sentido español.

―Ese malparido pusilánime ¡¿Cómo si quiera se atreve a traer al infierno a una criatura tan indefensa?! ¡Imbécil, irresponsable!

Frunciendo el seño imperceptiblemente ante cada nuevo insulto de la albina, Sherry Bomb terminó por cerrar su único ojo mientras apretaba con delicadeza una de sus preciadas bombas de impacto. Si de otra circunstancia se tratara ya hubiera mandado a volar ese puto hotelucho con todos y cada uno de los presentes dentro, pero teniendo en cuenta a la pequeña criatura apenas a un metro de ella prefería no tomarse tantas libertades.

Cuando la perorata de la gritona latina estuvo a nada de sacarla de quicio, un sonidito a sus pies la distrajo.

―Ahguuuuuuuuururururururururu

Sonriendo de lado, Sherry se inclinó para tomar a la bolita de pelos que había intentado aferrarse a su pierna antes de caer al alfombrado y que ahora se encontraba muy divertida agitando sus seis bracitos en el suelo, como si hiciera angelitos de polvo.

Una vez con el pequeño entre sus brazos, sonrió mostrando sus afilados dientes, al mismo tiempo que la pequeña arañita jugaba con su rostro soltando extraños soniditos que hacía con su boca. Los golpecitos que debían ser molestos resultaban tan suaves debido a las patitas peludas que los efectuaban, que le recordaba a los golpecitos de las brochas de maquillaje con las que su amigo solía arreglarse.

―¡Ese cabrón! ¡En cuanto lo tenga en frente voy a caparlo!

Notando como la perra seguía y seguía, además de no demostrar un ápice de querer menguar su bronca infundada (no tan infundada) hacia el actor porno, la joven de grandes pechos se dispuso a jugar con la adorable bola de pelos entre sus brazos, al menos hasta que la jodida molestia de cabellos blancos le dejara continuar con su explicación a gusto.

puesta a dejar que la princesa fuera quién tratara con el mal temperamento de la chica, la ciclope sintió un escalofrío recorrerla al escuchar el inconfundible sonido de estática viniendo desde su espalda.

―Oh My dear, puedo saber ¿Qué causa tanto revuelo?

“Perfecto”

Cómo sin no tuviera suficiente con una polilla chillona y una princesa de dulce, allí llegaba el chuche de fresa caníbal para unirse a la fiesta.

“¡Mierda! ¡Esto será divertido!” pensó Sherry entre horrorizada y divertida. Preguntándose internamente si Alastor le concederá una digna sepultura o si ella y la bola de pelos serán la próxima cena del ciervo.

Al parecer su explicación será lo que lo determinará.

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