CAPÍTULO 1

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NARRADOR DESCONOCIDO

Todo estaba lleno de sangre, de cadáveres frescos allá donde la vista me alcanzaba. Era tan grotesco que aun seguía en shock tras el ataque tan repentino que habíamos sufrido.

Muchas de esas mujeres habían sido asesinadas mientras daban a luz sin importarles que aquellos diminutos seres alzaban sus manos por primera vez al mundo. No pude comprobar aun si alguno de esos bebés seguía vivo pero por el silencio algo me decía que probablemente no quedó ningún superviviente.

Sebastián desapareció entre la alerta que sonó hacía horas atrás. Ni siquiera pude ver donde se fue o si se llevó a alguna de las mujeres con él. Yo seguía en el armario con el corazón encogido y el estómago anudado con la esperanza de que lo que había visto tan solo fuera una pesadilla.

Conté hasta cien, hasta mil y no sé hasta qué número más. El terror que sentía era tal que no podía moverme de aquella madera desgastada que había sido mi seguro de supervivencia.

Pero era hora de tomar el lugar de Sebastián e intentar alentar a la manada o al menos, si quedó algo vivo. Debía de ser fuerte, fuerte por todos y fuerte por él. Quería ser el orgullo de los míos y no la cobarde que se escondió con miedo de ser asesinada en vez de luchar.

Tras abrir la puerta, algo me impidió abrir la puerta como si la atascase. Al darle una patada, pude abrirla lo suficiente como para salir al exterior.

El cuerpo de una joven mujer embarazada que no contaba con más de veinte años, tenía la mano tendida como si hubiera querido entrar en el armario donde estaba para protegerse, pero estaba claro que alguien le arrebató su vida antes de conseguirlo. Quizás, si ella hubiera abierto la puerta, ninguna de las dos hubiera sobrevivido.

Pero el cargar con todo ello era peor que morir ya que los recuerdos iban a minar mi espíritu. Sería la vergüenza de mis ancestros, de nuestro Alpha y señor si él estaba vivo y volvía a buscarnos.

No era momento de lamentos, debía de comprobar si alguien había sobrevivido en aquel infierno de sangre. Y ya que no estaba nuestro líder, ahora lo sería yo.

NICOLE

Aquella reunión a solas era lo que necesitábamos para que sintiésemos que era real, que todos estábamos juntos por fin. Tras el horror que había vivido ahora podía cicatrizar aquello que había sido un suplicio, un castigo que me hacía desear morir a cada instante que pasaba en aquella cárcel. No quería contarle jamás a Nicolae lo que me hicieron porque era demasiado grotesco y horrible como para que él lo supiera. Tan solo deseaba que no leyese mi mente y lo viera con sus propios ojos.

El jaleo de fuera nos indicaba que nuestro remanso de paz había finalizado, ya que todos teníamos mucho que hablar y mucho que pensar.

Al salir al hall se podía sentir una cierta tensión que se disipó parcialmente cuando Nicolae y yo salimos. Mi hermana se echó a mis brazos con el rostro cubierto en lágrimas; era el momento de disculparme de todo:

-Lo siento tanto Cathy, todo lo hice por miedo a que supieras lo que era pero sobretodo era mayor el miedo a no controlarme y atacarte. No merecías cargar con algo así; bastante tuviste que soportar con mi enfermedad así que quería que pensaras que finalmente había muerto y que no me había convertido en lo que soy hoy.

-¡No digas tonterías, estás viva y es lo que me importa! Es hora de recuperar el tiempo perdido y, aunque las cosas estén como están y huyamos de cientos de enemigos, no dudaré en aprovechar cada momento que hemos perdido. Y sé que siempre estarás viva; eso me da una paz, el saber que nunca más sufrirás de esa terrible enfermedad.

Era una escena tan extraña pero la ansiaba tanto que a veces pensaba que jamás se haría real. Allí entre todos los presentes, me convertía en la típica sensiblera de la que solía hablar mal; esas mujeres que lloraban siempre viendo una película acompañada por una tarrina de helado y varias bolsas de patatas. Pero desde que aceptaba mi nueva condición me importaba cada vez menos lo que pensaran de mí, actuando de la forma que pensaba correcta y sobretodo, dejando salir los sentimientos como nunca lo había hecho.

Mi vista me llevó a una esquina sombría donde se encontraba Drogo con la que parecía ser Lorie entre sus brazos. Llevaba una pequeña manta desgastada con la que se cubría la cara y entonces recordé aquel día que volví a la mansión y encontré uno de sus ojos en el sótano.

Me acerqué a ella comprobando el estado de ella tan demacrado que apenas podía reconocerla. La tomé entre mis brazos aun temblorosa sin dejar de pensar qué clase de infierno había pasado en mi ausencia. Drogo me miró completamente desgarrado y me dijo:

-Cuando te secuestraron, todos nosotros fuimos encerrados en esta mansión siendo Claudette la que controlaba todo. Peter fue mandado al Exilio por traición pero Nicolae, Lorie y yo fuimos los juguetes de aquella víbora. En muchas ocasiones venían amistades de ella y...y no puedo imaginar lo que pudieron hacerle a Lorie. Ella había sido encadenada en el sótano como una forma de castigo donde todo estaba decorado con las cosas de su bebé; el trauma ha sido tan terrible que apenas puede hablar.

Sabía que ella se encontraba demasiado conmocionada como para estar rodeada de tanta gente por lo que le pedí a Drogo que la subiera a su dormitorio. Se le veía con una ansiedad terrible al ver a mi hermana; casi podría palparse la necesidad que se tenían el uno al otro pero, quizás por respeto a Sebastián y porque había otros asuntos de gran urgencia, intentaban sobrellevar sus más oscuros secretos.

Pero al amparo de la noche sabía que algo ocurriría. Y no era la única que tenía esas sospechas.

Peter y Madeline no habían dejado de abrazarse desde que llegaron a la mansión. Ni siquiera habían articulado palabra con el resto de la casa; ambos se miraban mutuamente como si hubieran estado separados varias vidas. Me alegraba de que por fin él tuviera su final feliz y que poco a poco la familia fuera creciendo. Sebastián parecía más abatido que antes cuando llegó completamente exhausto y con algunas heridas. Me miró con una sonrisa triste y me dijo:

-Esta noche voy a dormir en el bosque. Antes montaré guardia para comprobar que todo esté bien.

-No puedes hacer eso, ¿Por qué demonios vas a quedarte fuera pudiendo estar con nosotros?-Le pregunté preocupada. No quería que fuera un blanco fácil y que en un despiste alguien le atacase. Antes de marcharse al exterior, miró a mi hermana de reojo y me dijo:

-Porque sé que necesita una noche con él. Porque sé que ella siempre le ha querido y porque no tengo nada más que ofrecerle. Es mejor alejarse antes de salir malherido pero de algo estoy seguro; si ella no le dice lo de su embarazo esta noche, yo seré quien lo haga.

Con aquella noticia que me cayó como agua fría, Sebastián se transformó en lobo y se fundió con la noche.

Con aquella noticia que me cayó como agua fría, Sebastián se transformó en lobo y se fundió con la noche

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The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Where stories live. Discover now