Ahora que Eres Legal

Salidas nocturnas

La fobia social es un trastorno que se procede obligatoriamente de la ansiedad.

Se trata de un miedo persistente e irracional ante situaciones que puedan involucrar el escrutinio y juzgamiento por parte de los demás. Y como tal, su efecto es independiente e incontrolable, puede presentarse en situaciones aparentemente menores y corroer aquella pretendida estabilidad.

— No voy a ir. —Se anunció el menor de piel morena, aburrido y un poco agotado.

Por su parte, el mayor que en aquellos momentos lo acompañaba, dejó de sonar las cuerdas de la guitarra con sus dedos y sin ser llamado para dar una crítica respecto al aspecto de su novio, alzó su vista sobre el cuerpo de este.

Haechan se encontraba en el cuarto de Mark causando uno de los mayores desordenes. La ropa del canadiense se encontraba regada por la cama y algunos pantalones descansaban en el suelo, luego de que el menor se los probara, pasando de prenda en prenda.

— Todo me queda mal. —Prosiguió el más joven, mientras veía su reflejo en el espejo. Otra de las combinaciones que en su mente imaginó como un gran atuendo, había, en su lugar, resultado un gran fracaso.— Me veo horrible.

Un suspiro escapó de entre sus labios resignado por querer cambiar su imagen.

Aquella noche era la fiesta en la que volvería a ver a todos sus compañeros y compañeras de la escuela. Jeno y Jaemin también asistirían y luego de ver lo que estos dos llevarían puesto, sus nervios comenzaron a jugarle en contra, no se sentía a la altura o acorde con sus amigos, nada en su guardaropas le gustaba, todas eran prendas que en algún momento había vestido y él era Haechan de NCT, un ídolo masculino que consiguió debutar a los dieciséis años, no podía simplemente llegar con algo sencillo, sabía que mientras que había algunos que esperaban demasiado de él, otros aprovecharían una mala presentación para comenzar con golpes bajos.

Como último recurso, en un intento desesperado por mejorar su apariencia, había acudido a su mejor tienda: El guardaropas de Mark, pero por más que los conjuntos lo hicieran sentirse cómodo y gustarse, esa noche no era para él, esa noche se trataba de vestir para los demás, algo que claramente no había conseguido; y en situaciones como aquella, lo mejor era resignarse y ausentarse.

Hyuck se deshizo de sus pasos, sentándose en el suelo y con su espalda recargada en la cama, comenzó a doblar la ropa que lo rodeaba.

Desde su lugar, Mark bajó su guitarra de encima de sus muslos y la acomodó en el suelo. En un comienzo, pensó que el menor sólo haría uno de sus pequeños actos dramáticos y luego bromearía afirmando que no podría no asistir y privar a sus compañeros de su presencia; pero el lenguaje corporal que este estaba enseñando le decía que este no se encontraba de ánimos para bromear. El silencio y su tranquilidad repentina no eran buenos indicadores

Actuar como si nada estuviera ocurriendo era el primer paso para el estallido, y por más que supiera la fórmula, el coreano prefirió fingir. Pero es que lo malo de mentir e intentar engañar es que nunca puede mantenerse por siempre; y por más que intentó cubrir y negar sus propios pensamientos, estos escapaban e hicieron a su cuerpo temblar.

Primero fue su mandíbula y enseguida las esquinas de sus labios descendieron contra su voluntad. La prenda que sostenía se vio apretada entre sus manos, forzándose a no decaer. Sus ojos brillaron en lágrimas e inmediatamente miró al techo para que no se derramaran, acomodándose en una posición tal de que quien lo acompañaba no pudiera notar su estado.

Lo que había comenzado como una cuasiexcusa por aprovechar la situación y molestar a su novio, había acabado poco a poco con su ánimo por salir. Según el mayor, todo le quedaba bien, pero la opinión de su novio que tantas veces lo hizo sentirse como un modelo, con el paso de los minutos encerrados allí, había pasado a escucharse monótona y deshonesta, o al menos él así lo creía.