Jimin estaba sufriendo, su corazón estaba roto.
Se encontraba recostado en la inmensa cama matrimonial, la cual había compartido muchos sentimientos con su pareja. Las lagrimas que caían por su mejilla eran muestra de lo mal que lo estaba pasando, sin duda era un idiota por seguir estando ahí. Su mente estaba siendo torturadas por las repetitivas preguntas que este mismo se hacía, las mismas palabras dolorosas se asomaban para darle la peor cachetada de su vida. Hace varios días que ya sospechaba que su prometido le estaba pasando algo raro.Las llegadas tardes a casa, los intensos olores a colonia femenina y alcohol, mas las sonrisas frente el telefono, no eran algo que siempre había sucedido. Su mente estaba tan agobiada, se sentía estresado.
Apagó su telefono, quitando los audifonos de sus orejas, sentandose en la punta de su cama. Quitó sus lagrimas con la manga de su camiseta, miró la hora en el reloj que estaba en su escritorio, este marcaban las 2:38 a.m y Jungkook no aparecía. ¿Estará teniendo una noche divertida con ella?...
Hace más de un mes ya había conocido la "aventura" que tenía Jungkook por aquella mujer, encambio Jimin solo quería ocultar sus celos, decepción y fingir no saber nada. Tal vez se evitaría problemas y su futuro matrimonio estaría a salvo.
Camino con pereza hacia el baño, aún sonrbiendo los mosquitos de su nariz. Se quitó la ropa y seguido de esto, se adentró a la ducha caliente, mientras sus lágrimas se camuflaban entre las gotas de agua.
No fué más de diez minutos cuándo salió vestido del baño, secando su cabello mientras miraba su teléfono.. ninguna llamada perdida, había intentado llamarlo pero nada había funcionado, estaba más que decepcionado.
Camino después hacia las escaleras, tomando rumbo hacía el comedor guardando la deliciosa comida que había preparado exclusivamente para el.. en cambio este la había desaprovechado.
Su mente recordaba cada escena qué habían tenido juntos, su primer beso, su primera vez, aquellos paseos que daban de la mano.. las veces que se sonreían con amor.. he incluso aquella vez que le pidió matrimonio. Sus ojos se volvieron a poner cristalinos, pero al escuchar la puerta abrirse inmediatamente se acercó a aquella, encontrando a el mayor de una forma inestable. De el salía un fuerte olor a alcohol y como si no fuera extraño un olor femenino de su ropa.
Nuevamente sus ojos se llenaron de lágrimas.
-oh mi amor, ¿porque llegaste así? - acarició su cabello y mejilla mientras lo sentaba en el sofá.
-Jieun~.. - fue lo único que el contrario mencionó, los labios de Jimin se apretaron con fuerza, y apesar de eso, ignoro completamente el comentario.
-te voy a cambiar, cielito.. - sonrió como un tonto enamorado, besando los labios sin importar que. Y fue hacia a la habitación tomando el pijama del mayor, volviendo a dónde se encontraba este para colocarselo.
Se sentó al lado de su prometido que estaba apunto de dormirse, enrollando el brazo de este alrededor de su cuerpo, apoyando su cabeza en su pecho. -duerme, mi niñito..- sonrió besando la frente del dormido, acariciando sus cabellos..
Jimin se odiaba por no poder decir lo que sentía.
Jimin se odiaba por no poder hacer feliz a su pareja.
Jimin se odiaba por qué sabía..
Jimin se odiaba porque sabía que no era el único.
