Daniela estaba indignada. ¿A caso la tal María José Garzón creía que era estúpida? 

—Claro, así que...¿tratas de decir que tengo que aprender de ti?—no pudo evitar reír con arrogancia. 

—Sinceramente no me interesa.—dijo, intentando no ser grosera.—Si quieres aprender de Sebastián, de Kim o no lo sé. Por otro lado, aquí hay cientos de abogados que quisieran quedar bien con el dueño de la firma.—rió.—Escoge al que tú quieras, si eso significa que a mí me dejarás tranquila. 

—¿Con quién crees que estás hablando?—preguntó ofendida. 

—Con una principiante, junior y subordinada.—respondió con naturalidad.—Busca en internet qué es una firma de abogados, porque en serio puedo darme cuenta que no tienes ni idea. 

—Pues aquí estoy, ¿no?—preguntó con arrogancia.—Creo que piensas que porque eres buena en lo que haces, puedes tratarme cómo si yo no fuera nadie—Poché hizo un gesto.—, pero te advierto que yo puedo quitarte tu puesto si me lo propongo. Puedo dejarte en la calle.—Poché fingió indignación y Kim la fingió con ella.

—Oh no, Kim. ¿Escuchaste?—preguntó, tocando su hombro.—La chica sin experiencia va a quitarme mi puesto, auxilio. 

—Va a tomar tus títulos y los va a hacer trizas, Majo.—dijo sarcásticamente.—Tienes que tener cuidado, porque puede despedirte. 

—No me das miedo, María José.—le habló seriamente, y Poché dirigió su mirada a ella. 

—No pretendo dártelo, Daniela—ladeó su cabeza.—, pero está bien, haz lo que quieras.—sonrió. 

—Eso haré.—sonrió también, antes de darse la vuelta y salir de allí. Poché suspiró pesadamente. 

—¿Viste eso?—le preguntó a Kim, sin entender.—¿Qué le sucede?

—No lo sé—respondió, encogiéndose de hombros.—, pero veo que está muy desubicada. 

—Lo primero que hizo fue decirme que se graduó de Harvard, según ella.—rió.—¿Por qué los hijos de padres poderosos se creen mejor que los demás?—Kim sólo se encogió de hombros. 

—Tus padres y tu ex son personas poderosas.—respondió, sabiendo que podía meterse en ese terreno delicado. Poché sólo rió con ironía. 

—Mis padres dejaron de ser mis padres cuando me casé con Mario.—respondió naturalmente, sin querer dar más detalles.—Nunca estuvieron de acuerdo con mi relación con él.—se encogió de hombros.—Además, Mario prometió ayudarme a ser escritora. ¿Recuerdas?—dijo un poco bajo, casi inaudible. Kim asintió.—Y ahora estoy divorciada, trabajando en una firma de abogados.—dijo irónicamente. 

—Pero Poché, tú ya eres escritora.—ese apodo la hizo sonreír tímidamente.—Tus escritos son muy buenos.—la animó.—Deberías confiar más en ti misma, y enviarlos a alguna editorial, porque en serio son muy buenos.

—No lo sé, Kim—sonrió un poco.—, pero gracias, quizá alguna vez lo haga.—Kim asintió. 

—Aw, que linda charla—intervino Sebas, fingiendo ternura. Las chicas dirigieron sus miradas a él, y se dieron cuenta de que el chico traía una pila de folders en sus brazos.—, pero la junior dejó esto en mi oficina y creo que es tuyo, Pochas. 

Sebastián no parecía un compañero pervertido o malpagado, quizá mencionar aquello era una excusa más. 

—Supongo.—suspiró, dirigiéndose a él.—¿Dónde estará, Daniela?

—La hija del señor Germán.—respondió Sebastián.—La debiste ver. Si mi mamá me hubiera escuchado hablarle a alguien de la manera en la que ella me habló, me habría dado una gran bofetada—hizo un gesto de dolor, al parecer lo recordó muy bien.—, al punto de hacerme perder la orientación. 

paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).Where stories live. Discover now