✨Lost my head✨

Capitulo IV

Noches de insomnios llenados por melancólicas melodías que resonaban en mis auriculares para sofocarme en llantos y enojos por la única razón de estar angustiado por aquella persona que tanto veneno me dio mediante sus palabras y risas; mediante sus llantos y alegrías; mediante sus idealizados abrazos y besos; mediante odios y desprecios; mediante ternura y amor. Aunque sencillamente la idea de perderla flotaba fugazmente por los acantilados de mi montaña invernal, echa o creada por los pedazos de mi alma que fueron esparcidos al mar para renacer de nuevo en medio de la naturaleza, uniéndome con el universo y ser uno con su magnífica presencia misteriosa pero también reencontrándome en cada renacer con R***. Cómo que sin importar nada más que una simple casualidad escrita por los juegos del azar, era el motivo del destino con que me hallé por su camino. El cual siempre me haría que caer como bala de cañón en su regazo, como que por una extraña razón nuestras vidas estén destinadas a estar tóxicamente unidas; matándonos con palabras hirientes, destruyéndonos con acciones horripilantes, consumiéndonos por la cegara desdeñosa de nuestra conflictiva relación, porque no había ni una sola vela que nos salvara de la oscuridad que yacía frente nuestro para corrompernos con lujuria y pasión; con mentiras y amor que eran en su propio forma extremadamente destructivas.
Es tan raro cómo gira el mundo a tu favor pero resulta aún más raro cuando da un giro de trescientos sesenta grados en contra tuya, haciéndote caminar al borde del precipicio por donde se encuentran almas rotas como la tuya, haciéndote mirar hacia abajo para incitarte a tener un profundo miedo a eso que llaman "morir" y convirtiéndote en su sucia marioneta con el fin de destruirte; de cierta forma me parecía tan familiar ese complejo pensar, esa rara filosofía porque así era vivir con ella. Me encontraba de la misma forma en la que se vería una persona a punto de tirar la toalla ante su más terrenal sufrir; puesto que, así de complejo era soportar a una chica que tan solo quería abandonar su cuerpo e irse de este mundo, utilizando las más terribles acciones que iban en contra de todo aquello que yo solía llamar "vida". Tampoco quiero decir que estaba en contra de su forma de pensar pero me hacía pasar por angustias cuando  sabía perfectamente que se estaba autodestruyendo sin que yo pudiera hacer algo al respecto porque así como yo le pertenecía a ella y a nadie más, de la misma manera sus demonios internos formaron parte de mi y me consumían con la misma vara sin tenerme piedad alguna, es decir, yo ya tenia demasiado con mis tormentos como para poder soportar el triple porque por más que yo me hacía el fuerte, al cual no le afectaba nada y solamente dejaba pasar el tiempo para borrar sus heridas. Esto que con lo que me topé incrementaba aún más mi terrible sufrimiento, convertía mi mundo en un completo caos, era un amor transgresor, feroz y destructivo.
Las cosas no eran normales ni mucho menos, terriblemente no fui capaz de ponerle un alto aunque debo ser consciente de que tampoco le hacía ningún bien; mi forma de ser le era indiferente pero cuando la frialdad de mi alma salía a flote. Era potentemente capaz de destrozar y partir a la mitad a toda persona que se cruzara por mi camino, no era razonable cuando solía dañarla como tampoco lo era cuando me valía madres sus pendejadas porque me resultaban estúpidas y no me parecía lo correcto, ya que, por más que le daba los más grandes consejos a ella nunca le sirvió de nada, hacía oídos sordos todo lo que le podía decir y eso me parecía una falta de respeto porque yo le daba todo pero a cambio recibía indiferencia de su parte y me estaba cansado de sus manipulaciones porque por más que se hacía la inocente. Ella era capaz de engañar a todos con su angelical mirada y yo era de sus más magníficas víctimas preferidas; dado que, era muy astuta y eso me daba miedo aunque me costó verlo anteriormente. Ahora me encuentro envuelto en sus redes.

Atte: M*****
Para: R***