Desde el jardín

51 16 13
                                    


Después de la sobremesa, 

entre risa y confidencia,

las azucenas abiertas,

nos envolverán de esencias.

Dos reposeras gemelas,

en el jardín, bajo el cielo,

y en la bóveda celeste,

donde cabalga el lucero,

quedamos contando estrellas,

tildados por la belleza.


En ese jardín, en el que al entrar encuentras un aroma especial,

 perfumando los sentidos de poesía natural.

 Ese suelo, ese pasto, que al recostarse sientes el aire de libertad. 

Su sombra que nos abriga en el verano, donde reposado contra el frondoso árbol,

 escribimos nuestros mejores relatos y, al cerrar los ojos, me lleva a otro espacio.

 En ese jardín fue donde encontré al amor de mi vida,  trepado en la cornisa,

 me observaba por las tardes, mientras yo escribía sueños de su mano.

 Crecimos y dejamos de observarnos. 

El día que tomó coraje, golpeó la puerta, entró y en ese jardín se quedó a mi lado.

 Hoy el tiempo a transcurrido, los años pasaron,  ya no está junto a mí,

 pero estoy en mi jardín, donde sus recuerdos quedaron intactos.


Libro abiertoWhere stories live. Discover now