Muros construidos de barro, el agua se los ha llevado.

¿A dónde?

No lo .

Entonces, en medio de toda esa clama, ella se ahogó. Se ahogó porque no podía seguir remando, lo intentó, pero sus manos duelen, pequeños fragmentos de vidrio cortan sus manos. Ya no siente nada, sangra pero no duele.

Despertó sintiendo el sol pegar contra su rostro, arde pero le gusta, le gusta ahogarse entre los grandes mares del desierto.

Ella era feliz, tal vez un poco pero lo era. No le quedaba nada más que una pequeña parte del sol, la guardaría en las profundidades de un glasear, un glasear en el que siempre ha habitado. Tal vez ya no tenga nada, tal vez este sola, pero es feliz, porque ella tiene lo que nadie más.

El mudo es tan tonto como aquel sordo al que ha aconsejado... Pero el ciego los ha visto, los ha visto pero no dirá nada porque el mudo siempre a sido él, pero el sordo también.

Piensa estando muerto. Piensa sin pensar, pero solo ve obscuridad, obscuridad como aquella cueva en donde a estado viviendo.

Está encerrado en una cárcel sin cadenas.

¿Por qué no simplemente saliste si la puerta estaba abierta?

Es simple, porque ella lo amaba.

...

Intentaba trepar, llegar a la cima y tocar el cielo, una nube le había dicho que podría hacerlo si subía hasta la cima. Sus manos dolían, piedras se clavaban en sus palmas y la tierra era como fango, resbaloso y suelto.

Solo pudo descansar cuando había llegado a la punta.

Entonces saltó, saltó desde la punta más alta y cayó sobre lo más bajo de aquel risco.

¿Por qué? ¿Por qué saltar?¿Por qué ha decidido saltar cuando había llegado tan lejos?¿Por qué iniciar de nuevo?

Para llegar al fondo no siempre se tiene que bajar, y para sufrir no siempre se debe tener una razón

El infierno no es lo único que quema.

Nadie podría decir que eran la misma, porque incluso siendo iguales eran completamente distintas. Eran opuestos del mismo polo, y eso era lo que las hacía iguales.

Dante se equivocó cuando dijo que para llegar al infierno había que morir primero.

...

El océano le susurraba cosas, dijo que era un secreto, un simple murmullo que debía guardar.

El mar tiene memoria y un alma también.

Dijo que subiría hasta la punta, al último peldaño, entonces cayó. Alguien la había tirado, no es su culpa, ella solo quería tocar el cielo.

Dijo que si trepaba hasta el último escalón podría tocar el cielo.

Era solo una soñadora, ¿por qué quitarle lo único que tenía? ¿por qué arrebatarle la esperanza?

El sol le prometió a la luna volver a encontrarse, pero las estrellas la apricionaron, debía cumplir su condena.

Un destino que no eligió, un camiono que jamás tomó.

Debía pagar por aquellos a los que no podía ver, tenía que pagar algo que ella no había echo.

Debía vivir una vida de dolor porque alguien le hizo creer que era culpa suya.

Vivía atrapada en las profundidad del mar, un océano congelado, un desierto sin arena.

Pobre desierto, el mar lo ha abandonado. Se llevó su alma.

Entonces se miró al espejo, no podía encontrarse, la marea se llevó aquellos rastros de lo que una vez fue.

Ese no era él.

Había dicho que le aterraba la oscuridad, no quería estar solo, pero el ciego le dijo que era su hogar.

No todo lo bueno viene de arriba.

El pecado enamorado del bien, un ángel que amaba al diablo. ¿cómo podía la luz estar enamorada de la oscuridad teniendo a Dios de su lado? No podía amar a un demonio si tenía a Dios consigo. Él servía al diablo y ella a los ejércitos de Dios.

Si le pidiese cortar sus alas lo haría.

Lo amaba. Y por eso lo dejó ir.

¿qué habría pasado si Virgilio jamás encontraba a Dante? ¿Y si el moro jamás regresaba? ¿Por qué Jarifa lo esperó?

Ciertamente ella estaba loca, pero solo era porque su realidad era distinta.

Lara KlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora