Capítulo 2

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―Esto es lo que he encontrado para ti. ―Tomoyo muestra en su tableta algunas fotografías con los departamentos que había encontrado.

―Todos son bellísimos. ―me atrevo a decir y es la verdad, estaban ubicados en una zona muy exclusiva de Nueva York. ―Aunque un poco exagerado el precio diría yo.

―Puedes ver este. ―Tomoyo busca un último archivo. ―Es más económico.

―Tienes razón, además se nota que tiene espacio. ―expreso viendo las imágenes.

―Tienes dos habitaciones cada una con baño incluido, una sala y cocina. ―explica mi amiga diseñadora.

―Podría usar una de ellas como estudio. ―murmuro pensando las posibilidades de arrendar ese apartamento.

―¿Sabes si la agencia es la misma en que trabaja Eduard? ―tengo que preguntar, no quiero verme en la vergonzosa situación de toparme con él muy pronto.

―Me aseguré de eso, es más, hablé con el dueño del edificio y confirmé que no tiene nada que ver con él. ―Confirma Tomoyo para mi alivio.

―Perfecto, haré la cita para verlo más de cerca y llegar a un acuerdo con el arrendatario. ―apago el dispositivo devolviéndoselo a Tomoyo. ―Gracias.

―Tranquila Sakura, esto sigue siendo genial porque estaremos a unas calles de distancia y también está cerca del museo. ―Tomoyo se pone de pie y se dirige a la puerta. ―Ahora nos merecemos algo de diversión, vamos Sakura. ―tengo que interrumpir su parloteo.

―¿Qué planeas Tomoyo? No tengo...

―No acepto una negativa Sakura, me lo debes por dejarme sola. ―no me queda más remedio que dejarme llevar por ella.

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Una semana más tarde había cerrado el contrato de arrendamiento con un señor muy amable, el precio a pagar no era tan elevado, gracias a eso me convenció más rápido. Tuve que lidiar con los cambios de humor de mi amiga, Tomoyo estaba siendo muy dramática con todo esto.

Estuve por pedirle que no me ayudara con la mudanza, pero me ganaría un drama aun mayor. Lo bueno de todo esto era que no tenía muchas cosas que trasladar y el apartamento estaba amueblado.

―Muchas gracias Tomoyo. Esto no lo habría logrado sin ti. ―abrazo a mi amiga mientras salgo de su apartamento para el trabajo.

―Me sentiría mejor si ese agradecimiento es porque decidiste quedarte a compartir conmigo. ―creo que Tomoyo va a necesitar ayuda después que deje de vivir aquí. Está de un humor insoportable.

―Vamos Tomoyo, aun me quedaré dos días más y haremos lo que tú quieras. ―ofrezco para tranquilizarla un poco.

―¡¿Hablas en serio?! ―cuando lanza esa pregunta tuve que tapar mis oídos o mis tímpanos terminarían sangrando, me sujeta de las manos haciendo un gesto tan soñador.

―Claro que si Tomoyo. Pero si no me sueltas no llegaré a tiempo al trabajo. –mi amiga me suelta, pero antes me da un fuerte abrazo. ―te veo en la tarde.

Me despido de mi amiga y salgo rápidamente a la parada de autobuses una de las metas que me había propuesto desde que arrendé ese apartamento es comprar un auto, necesito independizarme completamente además de que con mis distracciones era lo mejor, no siempre iba a contar con la suerte de que el autobús llegara justo cuando yo también llegaba a la parada.

La jornada de trabajo se dio sin ningún contratiempo, he podido avanzar con la última pintura que me habían encargado y me quedaba poco para entregarla a mi jefe y que fuera expuesta al público. Llego al apartamento de mi amiga, esta no estaba me dejó un mensaje de que salió a comprar unas telas así que aproveché para hacer mis maletas, ya era viernes y el domingo recibiría las llaves del apartamento.

Siguiendo al loboTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang