Los Orígenes 👑 | LIBRO 1 - TO | ✔

👑 Capítulo 1: "Conociendo a los Mikaelson"

No soportaba tanta tensión en el aire. Disimuladamente, me deslicé por el pasillo y me encerré en mi habitación. Todos en mi familia estaban usando sus ropas especiales, lo que significaba que tendríamos visitas.

Me senté en un viejo arcón y apoyé mis brazos, reposando mi cabeza en ellos, en el alfeizar mientras miraba por la ventana. La noche estaba tranquila. Había algunos bichitos de luz volando alrededor. La Luna brillaba en todo su esplendor. Aidan dice que solo faltan unos días para Luna llena. Estiré mi mano hacia afuera, dejando que eso diminutos bichitos revoloteasen sobre ella. Sonreí tontamente.

-¿Disfrutando de la soledad?-me reincorporé en el arcón y levanté la vista. Del otro lado, pasando las vallas de madera, Klaus estaba con los codos apoyados en el marco de su ventana.

-Es una bonita noche.-respondí.-Cosas así, hay que disfrutarlas.-

Él echó un vistazo a su alrededor y sonrió.

-Te doy la razón.-detrás de Klaus, se veía el movimiento de las llamas de una vela y alguna que otra sombra.

Ambos quedamos en silencio durante unos segundos. Días atrás se había mostrado amable conmigo al ayudarme a llevar las cestas y ahora se mostraba...no, se veía como la más aceptable compañía, desde la última vez que estuve con Ingrid.

-¡Klaus! ¡Debemos irnos!-él miró por encima de su hombro y asintió.

-Debo irme a...-

-Está bien.-lo interrumpí.-Ve. Nos veremos en otro momento.-sonreí de lado.

-Tengo el presentimiento de que será muy pronto.-

Tal como si hubiese adivinado los pensamientos de mi padre, la familia de Mikael se presentó a nuestra puerta apenas minutos después de que yo hubiese salido de mi habitación. Ahora estaban sin las capuchas cubriéndoles el rostro. Parecían tener los mismos rasgos, a excepción de Klaus. Los de él eran más finos y más...atractivos.

-Adelante, adelante.-habló padre, alzando los brazos y haciéndome a un lado para permitirles ingresar.

En esta ocasión, Ingrid no estaría presente. Ella tenía que cumplir con sus obligaciones, para con su nueva familia. En otros momentos, me hubiera sentido incómoda e invadida, pero en cambio, ahora me sentía...cómoda y tenía algo que me hacía revolotear mariposas en mi interior, cuando Klaus se inclinó para besar el dorso de mi mano. Él tenía razón: el tiempo que tuvimos que esperar para vernos, fue demasiado corto.

Tras regalar una inclinación de cabeza, los invitados fueron ingresando. Debía de admitir que nuestra casa era la más grande, pero éramos demasiadas personas como para cenar en paz, aparte mis hermanos estaban asando dos cerdos en el patio y mi madre había tendido unas largas mesas de madera cerca de la hoguera.

Sabía perfectamente que mis padres habían acordado esta cena, con un propósito mucho más que el de fraternizar con los nuevos vecinos. Según ellos, yo ya estaba en una edad perfecta para contraer matrimonio. Como siempre, no paraban compararme con Ingrid. "Porqué tu hermana esto" "Tu hermana aquello" "Ingrid tal cosa". Esas palabrerías me habían aburrido un poco. ¿Tanto anhelaban que fuese como ella?

-La cena estará en unos minutos.-avisó Ethan, asomándose por la puerta trasera. Como siempre, mi hermano tenía el ceño fruncido y su tono de voz era hosco. A él le molestaba las visitas. Era muy celoso con sus hermanas y no le causaba tanta gracia que hubiese cuatro hombres, (sin contar al más pequeño), cerca de mí. A pesar de que Ethan y Aidan eran gemelos, ambos eran muy diferentes. Aidan era mucho más abierto a las relaciones públicas, pero también se ponía a la defensiva cuando se trataba de mí o de Ingrid. Tal como hicieron los dos el día en que Klaus me acompañó a casa.