IV

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La madre de Yoongi estaba aseando la habitación de su hijo cuando de pronto encontró debajo de la cama una caja llena de dinero, su primera impresión fue de asombro pero luego al darse cuenta de la cantidad sintió miedo y frunció el ceño extrañada.

- Omma

Jisso entró derepente y la mamá se asustó, soltó la caja y los fardos con esos miles de billetes cayeron al suelo.

- ¡Wow! -exclamó la pequeña acercándose y cubriendo su boca. - Es mucho dinero.
- ¿Sabías de esto?
- No omma, aunque... Aunque recuerdo ver a mi hermano poner esa caja debajo el otro día pero creí que era parte de su colección de zapatos.
- ¿Cuando... ¿Cuándo fué que lo viste?

La madre se levantó y caminó hacia su hija.

- ¡Habla! -ordenó creyendo lo peor.
- El día que llegó, para su cumpleaños.

Flashback:

Yoongi se había ido triste a su habitación y jisso lo notó, ella era pequeña pero reconocía cuando una persona estaba triste y justamente ese día su hermano estaba así.

Jisso nisiquiera golpeó la puerta, la pequeña solo entró despacio sin decir nada a la habitación.
Su hermano estaba tirado sobre la cama llorando y sollozaba hundido en la almohada para no ser escuchado, ella suavemente se puso a su lado para darle consuelo y lo abrazó.

- Aquí estoy hermano -La voz dulce de su pequeña hermanita hizo que el corazón de yoongi se estremeciera aún más.

- Jisso. -trató de moverse un poco para mirar pero la niña se aferró más a él y no lo dejó.
- Sigue llorando, eso te hará bien -la voz aguda de la niña lo enterneció.

- Déjame mirarte.

Yoongi se acomodó un poco y la miró.
Ella le sonrió con los ojos llenos de lágrimas.

- ¿Todo está bien pequeña?

La niña negó con la cabeza.

- ¿Qué sucede?
- Yo... Yo no quiero que estés triste.
- Aagh -carraspeó - No deberías estar aquí jisso -dijo mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Por qué no debo?
- No es que no debas. Es solo que... No me gusta que me vean así ¿lo entiendes? - le dijo tierno.
- Si quieres puedo cerrar los ojos y así no te veo.

El chico sonrió.

- Jisso, se supone que soy el hombre de la casa, no debes verme llorar jamás.
- Mi maestra dice que los hombres igual deben llorar, no es bueno guardar la pena o el corazón se enferma.

El chico no sabía que decir pero la sonrisa no se le podía salir del rostro y con su pequeña y suave mano acarició la mejilla de la niña.

- No estoy triste, solo me duele un poco la cabeza.

La niña se movió un poco fingiendo enojo.

- Eso es lo que dice omma cuando llora también pero se que no es verdad.
- ¿Omma llora? -preguntó abrazando un poco más a su hermana.

La niña asintió con la cabeza.

- ¿Por qué?
- Cuando tu no vienes.

El chico tragó saliva y aclaró su garganta.

- ¿E-ella me extraña mucho verdad?
- Todos los días igual que yo. No es lindo vivir solas, a veces tengo miedo de que algo pase y no poder defender a mamá.
- Pequeña - le sonrió amplio está vez. -Ese es mi trabajo -el chico besó la frente de su hermanita.
- ¿Y como lo harías si no vives aquí?

Yoongi parpadeo mucho para despejar sus ojos y no llorar frente a la pequeña porque aquello le había dolido.

- Estoy trabajando duro para poder cambiar nuestra vida. Por eso es que no estoy mucho por casa.
- lo sé, pero a veces igual te extraño y lloro.

◖Save Me◗ ‹Parte 1›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora