Relatos de Biblioteca

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La biblioteca es uno de mis lugares favoritos en el mundo. Casi no hay ruido, las personas susurran, y el silencio al menos para mi, no es absoluto pero representa un enorme alivio. El permanecer horas y horas, sentado en una cómoda silla de madera, leyendo cuanto libro pueda, relaja mi mente y me da la cordura que necesito a diario ya que fuera de estas 4 paredes, el mundo es un caos, uno donde puedo llegar a perderme si no tengo el cuidado suficiente.

¿La razón? Padezco de hipercusia desde que era pequeño, un trastorno que hace mi oído más sensible en comparación al resto de las personas. Hay veces en que solo el respirar fuerte de un compañero o conocido, suena como si un soplete taladrara mis tímpanos y otras veces, los ruidos de los autos eran un martirio que podía volverme loco. Algo curioso es que mis propios sonidos no me afectaban en lo absoluto, lo que agradezco porque si no fuera así creo que ya habría terminado en un manicomio... jajaja con lo que suelo gritar a veces porque siento que nadie me escucha entre tanto ruido, podría haberme provocado una auto sordera de no ser por esa peculiaridad.

Dada mi condición y mi personalidad algo... escandalosa, está bien lo admito, a veces suelo ser un poco cargoso, no tengo muchos amigos cercanos, pero creo que está bien. De todas formas siempre hay algún sonido que me hace querer huir de quien intente acercárseme, y l soledad sigue siendo la única de la cual nunca me canso, no porque me agrade del todo... pero simplemente no me queda otra opción.

En fin... Esa es la vida que me tocó vivir, y por eso me encuentro un fin de semana en la biblioteca, leyendo por quinta vez la saga de Harry potter, porque además de ser raro, no está de mas ser un poco geek.

El ruido de la silla frente a mi me sacó de mi ensoñación, casi dando un brinco al sentir como la madera sonaba tan ruidosamente en fricción, al punto de que casi arranco una hoja del libro por inercia. Frente a mi un chico de cabello oscuro con destellos rojizos, ojos carmín y una máscara cubriendo su nariz y su boca, me miro con intriga, y como adivinando que me había asustado (por no decir casi enloquecido) por el ruido de la silla, susurro un débil "lo siento" por debajo de su máscara y hasta pareció sonreírme antes de sentarse frente a mi con otro libro en mano.

-Genial- pensé, cada que se sienta alguien cerca de mi tengo que cambiarme de lugar. Su corazón, su respiración, la manera en la que voltea las paginas, alguna de esas cosas emitiría algún ruido desagradable para mi, e interrumpiría mi tranquilidad, siempre sucedía y la verdad que estaba demasiado a gusto como par moverme así que espere el momento indicado, el momento en el que encontrara algún ruido en el para poder moverme

Paso 1 minuto, luego 3, después 5, y cuando llegué al 15 levante mi mirada para verlo.

Él estaba concentrado en su libro, casi inmerso asi como yo pero mucho más tranquilo sin notar que yo empecé a escudriñarlo con la mirada. Las páginas las volteaba con una delicadeza tal que no generaba el menor ruido, su respiración era pausada y tranquila, y sus latidos eran apenas perceptibles. Generaba sonidos... si, como todo el mundo, pero los de él eran tan calmos como todo el ambiente de la biblioteca. Nunca antes me había topado con una persona como él.

Su mirada se encontró con la mia, seguramente porque sintió que lo miraba descaradamente y por un segundo me sonroje al verme descubierto.

-¡Ah! ¡D-disculpa!- ¡Qué vergüenza! ¡Encima hablé en voz alta! Y la bibliotecaria me mando a callar con un "shhh" que hizo eco, uno que casi me perfora los tímpanos- P-perdón... yo no te estaba mirando... estaba, estaba... viendo tu libro...¡Si! ¿Estás leyendo...? –Me fije en la portada verde del libro que sostenía y el titulo me sorprendió a tal punto que casi olvido que me había descubierto mirándolo -¿Romeo y Julieta?

Ante mi pregunta el otro soltó una risa nerviosa, baja dado el lugar en donde estábamos, y hubiera jurado por mi vida, que esa risa se escuchó como campanas al viento.

Relatos de biblioteca (One-shot) TanZenWhere stories live. Discover now