Capitulo 4: "Crayones"

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Notas del autor:

Advertencia contiene yaoi si no te gusta retírate, si es caso lo contrario disfrútalo.

Los personajes de My hero academia le pertenecen Kōhei Horikoshi, hago esta historia sin fines de lucro y por mero entretenimiento. Igualmente las imágenes no son mías.


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Izuku salió hasta percatarse de que Katsuki se haya marchado, al hacerlo escucho como su madre le confirmó que esta enfermo y el rubio simplemente dejo de insistir por hoy.

Los pasos de su madre al subir las escaleras lo alertaron y fingio vomitar al oír que esta destras de la puerta.

-Hijito, te traje un medicamento para que se te quite el dolor de estómago-su madre le dio un medicamento para el dolor, junto con un vaso de agua-Le dije a Katsuki que te encontrabas muy enfermo y se fue-.

-Oh que pena...-mintio y sin que su mamá se diera cuenta tiró la pastilla al suelo-Pero ya me siento mejor, estaba pensando de motivar a los niños a dibujar que quieren cuando crezcan, me gustaría saber sus metas para poder ayudarles hacerlos realidad-.

-Me parece muy tierno hijo-.

Bakugou al marcharse veia atraves de la ventana con la esperanza de ver a Izuku, pero no había preciensa alguna de los Midoriya, quizas si se encontraba mal.

El pequeño Tomura parecía buscar en su refrigerador algo para su nuevo maestro-¡¡Papá!! ¡¿No tenemos manzanas rojas?!-grito mientras arroja lo que le parecía estorbar.

-No recuerdo haber enviado por manzanas...¿Para que necesitas una?- irrumpió su maestro, su padre, All for one. Parecía que su pequeño había hecho un desastre y quería reprimirlo pero le pareció desconcertante que buscase algo para su maestro nuevo.

-¡Para mi maestro Izuku!-oculto su rostro ruborizado y sonrió con nerviosismo ante el adulto.

-Veo que te agrada, me alegro ya que los últimos maestros que curiosamente están en tu salón huían despavoridos-recordo su viejo que tubo muchas renuncias de profesores por su culpa.

-¡Es que no era tan geniales como Izuku!-frunció sus cejas y esquivo la mirada reclamante de su viejo.

-Ya lo creo que es así, si no hubiese renunciado en ese instante ¡Bien vamos por manzanas...!-no podía evitar consentir a su pequeño, después de todo era su único retoño.

-¡¿Pueden ser rojas...?!-pregunto animado y corrió hacia la puerta para cambiarse sus pantuflas por sus zapatos.

-Las mas rojas que puedan existir-tomo las llaves de su automóvil y tomo la pequeña manita de su niño.

La guardería del terror.Where stories live. Discover now