La primera experiencia

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Alex, como mencionamos anteriormente es un chico argentino apasionado por el fútbol como muchos otros. Pero no es el único en su familia, como era de esperarse pues muchas veces la pasión por este deporte se "hereda".

En el caso de Alex, todo es gracias a Román, sí, Román como el ídolo de Boca. En fin, Román es el padre de Alex, quién le compartió su pasión por Boca Juniors y quien lo llevó por primera vez a un estadio, hablamos de La Bombonera, ese mítico reciento deportivo conocido por todo buen amante del balonpié el cual ha sido escenario de muchas alegrías pero también de tristezas para la gente de Boca Juniors; los "bosteros".

Román de igual forma se volvió fanático de Boca Juniors gracias a su padre, podríamos decir que ha sido una cadena que parece no tener fin alguno.

Fue en 2007 cuando Alex con apenas 9 años fue llevado por primera vez al estadio, siendo tan pequeño recuerda a la perfección ese momento, pues para todo niño es un momento único y quizá hasta mágico.

Fue un domingo luego de haber terminado de ver el partido de Boca Juniors, un empate de visita ante Newell's Old Boys. 

Alex estaba por levantarse del sofá para ir por fruta cuando su padre menciona su nombre, inmediatamente se voltea.

- Alex, el próximo domingo juega Boca en la Bombonera −Mencionó su papá.

Sin darse cuenta, Alex tenía una sonrisa en su rostro pues ya había imaginado hacia donde quería llevar su padre.

- Sí, es el clásico −Respondió intentando ocultar su sonrisa.

- ¿Vamos? −Preguntó Román, quién ya sabía cual sería la respuesta ya que se había fijado en la reacción de su hijo.

- ¡Y dale, dale Bo! −Cantó Alex, feliz porque por fin iría a ver un juego en vivo. Mientras tanto su padre simplemente sonreía por la reacción.

La espera parecía eterna, entre la escuela y las tareas Alex no podía esperar más. Llegó el día y fue el primero en levantarse, desayunó, se dió una ducha y como toda la semana esperó la hora. Finalmente llegaron las 12 del mediodía, la hora que acordó con su papá para salir de casa rumbo al estadio.

El camino que no era tan largo, para Alex era eterno, un sentimiento que todos conocemos. Esas ansias por algo que se esperó con mucha paciencia y a la vez con mucha desesperación.

Finalmente llegaron, las filas empezaban a hacerse más grandes. Como se esperaba, era un clásico contra el rival de toda la vida. Como si la semana de espera y el viaje no hubiesen dio suficientes, a Alex le tocó esperar un par de horas mientras caminaban hacia la entrada en las largas filas. 

Después de muchos pasos y muchas preguntas, llegaron a las taquillas y compraron los boletos. Alex estaba siendo consumido por una sentimiento que jamás había experimentado, en realidad era una mezcla: emoción, felicidad, pasión, deseo. 

Tomado de la mano de su padre, el niño de 9 años que había soñado con ese momento desde que empezó a interesarse más por el fútbol y el equipo al que su papá llevaba años apoyando finalmente estaba experimentando el ambiente futbolero. El aliento de El Jugador Numero 12 erizó su piel e inmediatamente empezó a cantar también, seguido por su padre mientras caminaban buscando un sitio para colocarse.


No traten de entenderloWhere stories live. Discover now