Capítulo 1

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                                                                                       Prólogo

     ¿Alguna vez os habéis parado a pensar en la complejidad de la mente, en la de veces que deseas hacer algo pero, aun deseándolo con todas tus fuerzas, la educación recibida, las normas de convivencia y el miedo a sentir demasiado rompan con todo lo que has conseguido hasta la fecha?

     Sobre todo, el miedo. Ese monstruo que vaga por nuestras conciencias sin orden ni concierto. Pero lo que él no sabe es que, cuando uno tiene las ideas claras, valora lo que ha logrado y sabe lo que quiere, termina venciéndole cual caballero medieval espada en mano; en este caso la espada se traduce en amor a la familia, a tu pareja y sentido común, en tener clara la diferencia entre jugar y amar, idealismo y realidad.

     A menudo vemos espectros donde no los hay y, gracias a nuestra insistencia y terquedad, conseguimos que nuestro compañero de viaje llegue a replantearse lo que está bien o mal, perciba turbulencias en la revitalizadora novedad y esboce la idea de romper con todo aquello que provoca miedo en el otro.

     Pero, amigos míos, esto último probablemente conllevase anularte como persona. La respuesta no está en romper sino en hacer entender al otro lo erróneo de sus conclusiones, la falsedad de las convicciones nacidas al leer entre líneas, cuando en realidad no había nada más que lo escrito.
Nunca os dejéis llevar por esos fantasmas. Retazos de convencionalismos, fruto del qué dirán y sobre todo de nuestras inseguridades, del miedo a perder a tu compañero de fatigas porque llegue a atraparle la intensidad del momento. Recuerda: tan solo es eso "momento" segundos entendidos ficción en ocasiones necesarios para no perder la actitud amable ante la vida.

     Solo tenemos una vida y es para vivirla. No ofendas, no insultes ni hagas daño al otro en el intento, pero VIVE.

     VIVE según tus propias normas, desde el sentimiento. Pon tu corazón en todo lo que hagas. Aunque, aviso, una pequeña coraza, un guardarse algo para uno mismo es fundamental.


Disfrutar de la vida, sacar una sonrisa a aquellos que te rodean y, por qué no, disfrutar de tu propia sexualidad, forma parte de la búsqueda de una vida plena.

                                          Un consejo: HAZLO. NO TE ARREPENTIRÁS.



                                                                        Capítulo 1

    "¡¡¡Basta!!! ¡¡¡No, por favor..., no quiero oír más!!!" Ángela no podía creerse lo que Pedro, el cirujano amigo de la familia, le estaba contando.

     Ella había dejado a su madre hospitalizada en Madrid bajo el cuidado de su hermana y de su prima Ana, mientras no se decidía el día de la intervención. Las primeras pruebas realizadas en Santander hablaban de un glioma situado en el hemisferio derecho de su cerebro. La intervención quirúrgica era indiscutible y el proceso de recuperación largo. Ángela había regresado a Santander por unos días, dejaría todo organizado en la casa y luego volvería junto a su madre el tiempo que fuese necesario.

     Lo que nunca se pudo imaginar, aquello que jamás se pasó por su mente, estaba ocurriendo. Tres días después volvía a recorrer los cuatrocientos cincuenta kilómetros que la separaban de sus padres, con su hermano al volante y poniendo cara de ¡Aquí no pasa nada! para que Jorge, pendiente de la carretera en una noche lluviosa, los llevase sanos y salvos hasta sus padres.

     "¡No puede ser!" Esas palabras se habían convertido en un mantra durante el viaje. "Dios... ¡Se suponía que era un puñetero glioma!" Una y otra vez su sistema nervioso se sacudía manteniendo una discusión interna.

Más allá del sentimientoWhere stories live. Discover now