Lagrimas

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Hola belles...  Hace tiempo que quería escribir sobre esta relación, que a mi entender Terry debe curar...

...Lagrimas...
"Maldije mi vida por enésima vez. Todo lo que amaba lo perdía, todo por lo que había luchado se salía de entre mis dedos como arena del mar y no podía hacer nada por retenerla.
Nada me importaba en este momento, ni mi carrera, ni todos los títulos o millones que heredaría. El dolor en mi pecho era el más fuerte que había sentido en mis 29 años de edad.
La perdía, perdía nuevamente a la mujer que amaba y esta vez la perdía sin ninguna posibilidad de que se quedara junto a mí.

!Candy¡ susurré su nombre como brisa suave de otoño que besa los labios dejando una huella imborrable en el alma. Mi pecosa, la única mujer que he amado. La única con la que deseo pasar el resto de mis días; la perdía.

Ella, que desde el primero momento en que la vi se había convertido en mi todo.
Ella que simplemente con su sonrisas y sus delicadas pecas le daba color a mi vida; se me va de entre las manos."

– ¿Por qué? ¿Por qué me la vuelves a quitar?
Le grité, pero Él no me respondió, alce mi voz en búsqueda de que me escuchase, pero otra vez se alejó de mí. No le bastaba la vida que llevé en mi infancia.

– Me dejaste sólo cuando de niño buscaba quien me amara – Cerró sus ojos zafiros tratando de tranquilizar aquellos sentimientos que una vez más llenaban su pecho. – ¿Dime por qué me has quitado todo lo que he amado? –le preguntó el actor

– No respondes.–dejó salir de sus labios una carcajada sarcástica– Nunca lo has hecho. –subió la vista una vez más y nada de respuestas.

– ¿Acaso crees que soy tu títere? Soy un hombre que siente y padece. Un hombre que por segunda vez pierde a la mujer que ama y no haces nada. Nunca haz hecho nada por mí –respiró profundamente, no iba a salir de su postura y caer ante Él. No, no lo haría. Si de joven nunca lo hizo menos ahora. No le temía y nunca lo hubo hecho. Y aunque ahora se moría por dentro jamás le demostraría que estaba vencido.

Pero muy a pesar de todo sabia que su mundo se derrumbaba, no veía salida alguna. Ella se iba para siempre.

– No me vas a ver implorarte. –le gritó desafiante– Jamás. ¿Me escuchas? –su ojos azules demostraban todo el rencor que en ese momento sentía por Él.

– Yo Terrence Graham Granchester Baker jamás te imploraré. –Le dijo mientras colocaba su dedo indice sobre su pecho y en aquella arrugada camisa que llevaba días sin cambiar– Nunca estuviste cuando de niño... Pasaba noches en velas llorando pidiendo un poco de amor. Y tú –le señaló buscando algún tipo de respuesta– me escuchabas llorar, pero nunca hiciste nada por mí.-volvió a respirar profundo- Dejaste que me llamaran bastardo; que ella, quien se creía mejor que yo-torció su boca de medió lado tratando de mostrar una sonrisa de autosuficiencia– por ser la duquesa me humillara y llenara mi infancia de imágenes de dolor. ¿Dime que hacías cuando me veías a los ojos y solo encontrabas dolor y lágrimas? –bajó nuevamente la mirada sintiendo un frío que le heló el alma.

"Por muchos años te odié –pensó e hizo una pausa mientras a su mente llegaban imágenes de su niñez y adolescencia– Odie la vida que me diste, odie que de niño decidieras por mí. No sabes como odie que guiarás mi vida como si te importara. Mi mundo lo convertiste en oscuridad. En tristeza y angustias.

Entonces cuando creo que no podía caer más en aquellas oscuras sombras que arropaban mi existencia–sonrió, la recordó y deseó volver al pasado– Ella apareció. La noche más negra de mi vida ella vino a llenarla de luz.

Nadie jamás podrá entender lo que ella significa para mí. ¿Cómo vivo sin ti pecosa? ¿Cómo le explico a este tonto corazón que ha dejado de latir desde el momento que decidiste dejarme?"
– Tu que siempre te pinta de sabio y de todopoderoso ¿Dime cómo voy a vivir sin ella? La he amado desde el momento en que la vi. –ya no gritaba, solo sollozos suaves y roncos salían de su boca– Después de haberla amado por tanto tiempo. ¿Dime cómo voy a vivir? Si se va y me deja. –esto último lo dijo sin la más mínima fuerza ya no iba a gritarle más, Él volvía a ganar – La primera vez que la perdí –hizo una pausa para llevar aire a sus pulmones– el dolor fue tan fuerte que por diez años me sentí como un muerto en vida. No pude olvidarla, no quise olvidarla –hizo nuevamente una pausa, pero esta vez para buscar las palabras que describieran los que sintió cuando la perdió a causa de una mala decisión.

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