🍭 D u l c e 🍭

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Besos y Gracias por leer.

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Sus hermanos arreglaron no estar en casa. Muy amables antes de irse le dieron "La charla", buscaron la manera mas incomoda que pudieron para hablarle. No es que Pan-pan no sabía de esos temas, estaba bastante seguro que en realidad la charla debería ser para Pardo, quien se tropezó en explicar varios puntos y se echó a reír.  

De Igual forma Polar le guiño el ojo al final de toda la escena con su acostumbrada expresión. Nuestro Pardo siendo Pardo se puso unos geniales lentes de sol. 

"Pan-pan solo limpien después"

La cara de Pan Pan fue gracioso de ver, los guió a la puerta de la cueva.

"¡Por dios no vuelvan hasta mañana!" Ambos hermanos se dejaron empujar hasta la puerta por su gritón hermanito.

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Apenas el Pie Grande entró al hogar de los osos. Panda lo abordó con un pequeño saltito a sus brazos.

Se acomodo en Charlie, oculto su cara sonrojada en el pecho del más alto, después de restregarse en todo el pecho del gris. 

Pan Pan no acostumbra dar el primer paso a las muestras de afecto. Por eso el Pie Grande estaba feliz que su pequeño y adorable PanPan lo extrañe así para dejar su ansiosa personalidad de lado. Lo presiono fuerte entre sus largos brazos. No importaba cuánto tiempo pasaran juntos, le extrañaba, quería compartir todo con Panda. Cómo mostrarle lo que las personas dejaban en el bosque como si nada junto a las casas pequeñas. 

Esas personas que vivían por un tiempo en el bosque no eran como los que llevaban los equipos para filmarlo. Siempre le dejaban regalos en sus puertas.

Frotaron sus caras en el pelaje del otro, a Panda le encanta el olor del bosque, sol y algo de dulzón del más alto. Charlie era tan cálido... el estómago de Charlie interrumpió el reencuentro, gruñó tan fuerte que Pan Pan se asustó.

Su reacción fue apretar entre sus patas el pelaje del Gris junto a pegar un gracioso grito agudo. El pie Grande soltó un quejido de dolor. Pan-Pan avergonzado tomó el brazo de Charlie para guiarlo al comedor. Busco en el estante las bolitas de queso que siempre guardaba para él. 

Charlie se le hizo agua la boca. Llevó las manos a su cara con los ojitos acuosos, grandes, brillosos como estrellas. Le dijo en tono dramático y endulzado:

- ¡Mi Calabacita, mi pan pan te amo tanto!- Panda rojisimo le dio las bolitas de queso, sacó su preciado celular para pedir pizza. Si algo sufría Charlie era del hambre cada dos minutos, sin duda un completo glotón.

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El corazón de Panda sonaba tan fuerte en sus oídos. Se miró en la cámara de su celular disgustado de verse tan patético en su opinión. 

Esperaba a Charlie. Quien se estaba lavando el pelaje manchado del Queso naranja de las bolitas y el de la pizza que compartieron. Su novio no sabía lo que él quería. Habían compartido la casa de los osos solos antes sin que nada pasara entre ambos.. Nada que esperaba Panda al menos ya que El gris siempre lo embarcaba en una aventura.

Se sentó impaciente, sonrojado 30 veces más que al inicio de toda esa tarde. Movió las piernas a un ritmo adelantado a su tarareo inconsciente. ¿Cómo lo propondría? ¿Charlie.. lo pensó alguna vez? ¿Era un buen momento? ¿Y era un asqueroso por quererlo tanto?