Parte 1: un beso bajo la lluvia

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"No seré un Hércules o un Aquiles, pero siempre estaré contigo para protegerte, para cuidarte y para amarte por el resto de mi existencia." Sarys

—Mira lo que has provocado...

—Sólo quería arreglar las cosas...—Nathaniel la interrumpió.

—Enhorabuena, una vez más, has conseguido lo que te proponías; pero, de todas formas, los servicios sociales no obtendrán ninguna prueba y, por lo tanto, no harán nada. Te lo aseguró... —Nathaniel no terminó la frase, porque en ese momento, sus padres, con caras de enfado, salían del despacho de la directora.

—¡Nathaniel, nos vamos a casa! A juzgar por la expresión de la señora directora, no tiene nada que decirnos. —El padre de Nathaniel miró a Lysette con una mirada de desprecio.

Finalmente, Nathaniel y sus padres se habían ido, dejándola a Lysette sola, completamente desamparada, en el pasillo del instituto Sweet Amoris, hasta que sus emociones salieron a la luz y pudo reaccionar a tiempo. No podía quedarse donde ella estaba, la estaba asfixiando. Entonces, ella empezó a correr tan rápido como sus piernas le permitieron, pero sin tener un rumbo fijo. Sus pensamientos era una vorágine en su cabeza, los ojos se le llenaba de lágrimas ante los recuerdos que solapaba en su mente y había alguien llamándola, pero no quería escuchar a nadie. Su único objetivo era salir de ese lugar.

El día estaba llegando a su fin, el cielo estaba oscuro a punto de arrojar las primeras gotas de lluvia. Ella estaba completamente sola, cuando llegó al parque, este sitio estaba cerca de su hogar, pero aún no quería ir a su casa y enfrentarse a sus padres, sobre todo a su madre. De pronto, empezó a lloviznar.

─Para colmo de mi mala suerte, empieza a llover...—Lysette se cayó hasta ponerse de rodillas. Estaba muy segura de que nadie le había seguido, pero estaba muy equivocada.

—¿Lysette? —Lysette se puso de pie, volteó la cabeza y miró hacia la voz donde provenía.

—¿K...Kentin?, ¿qué haces aquí?

—No debemos estar aquí en medio de la lluvia. Nos podemos resfriar. —Lysette no respondió y Kentin se puso serio: —Sé lo que pasó con Nathaniel...lo que te ha dicho. Lástima que no he llegado a allí a tiempo para darle a ese tipo una lección que no olvidaría en su vida.

—Pero tiene razón... he hecho daño a él y a su familia.

—¿Pero qué estás diciendo? ¡Has hecho lo que has podido para ayudarlo y mira cómo él te lo agradece!

—No ha servido de nada... porque Nathaniel y su padre van a ocultar esas pruebas a los servicios sociales y lo único que he hecho es empeorar la situación entre ellos...

—Con un poco de suerte, esta historia va hacerles reflexionar y las cosas cambiaran para todos. Esto será un mal recuerdo.

—Yo no estoy tan segura...

—En cualquier caso, creo que has tomado la mejor decisión. Una decisión que ha sido muy difícil para ti y fuiste un testigo de algo que no se podía ignorar en absoluto. No decir nada hubiera sido una acción de cobarde.

—De verdad... ¿crees que he...hemos actuado bien?

—¡Claro que sí, tonta! —prosiguió —¡No te preocupes por ese cretino de Nathaniel, si vuelve a crearte problemas, estaré ahí para darle la bienvenida!

—Kentin...yo —Más lágrimas caían por las mejillas de Lysette. Kentin dio un paso y la abrazó con ternura. El corazón de ambos jóvenes latían desbocados, sobre todo el de Lysette.

Siempre estaré contigo (Kentin x Lysette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora