—Lo siento —continuó ella.

El profesor Snape entró en la habitación y empezó a instar a la señora Malfoy para que se alejara de la puerta del baño.

—Tu marido te llama —informó a la señora Malfoy.

Ella asintió entre lágrimas y empezó a caminar. Al ver a Hermione sentada en una silla junto a una de las paredes, se detuvo y se quedó mirándola.

—Consuélalo —le ordenó.

Hermione no pudo evitar quedarse con la boca abierta mientras intentaba formular una respuesta. Al final decidió mantener la boca cerrada. La señora Malfoy salió de la habitación.

—Blaise Zabini fue asesinado esta tarde —le informó el profesor Snape antes de irse.

Nada te consuela cuando muere tu mejor amigo. Ella lo sabía, seguramente ellos también. ¿Qué esperaban que hiciera? Son el enemigo, por el amor de Dios.

Podía oír la ducha. Normalmente, prefería la tina, pero no esta noche. Estaba llorando, ella podía oírlo sollozar.

Hermione se quedó en su silla escuchando a Draco llorar en el baño durante una hora. Se sentía muy incómoda escuchando su miseria. Aunque se lo había deseado más veces de las que podía recordar, era insoportable sentarse a escucharlo. También le traía recuerdos de las personas que había perdido. La noche en que murió Harry y el ataque por la madrugada que había acabado con Ron. Y a todos los demás.

Estaban cosechando lo que habían sembrado. Toda la miseria que habían causado. Lamentaba la muerte de Blaise, al que nunca había conocido. Lo sentía por su hijo que aún no nacía y que nunca lo conocería, pero ellos se lo buscaron. La guerra no beneficiaba a nadie.

Después de mucho tiempo. Draco salió y se puso unos pantalones. Una bandeja con la cena había aparecido para él, la cual tomo, pero no parecía llevarse nada a la boca. Después de abandonar la bandeja, se acercó a la botella de whisky, se bebió un vaso grande y volvió a llenarlo.

No se veía bien cuando lloraba. Tenía los ojos rojos e hinchados. Ella nunca lo había visto llorar. Harry le había dicho que había pillado a Draco llorando en el baño antes de que Harry lo atacara. El hecho de que pudiera llorar había sido un shock para ella en aquel momento.

—Blaise está muerto —dijo.

—Ya lo sé —mencionó Hermione—. El profesor Snape me informó.

Draco se le quedó mirando un rato y luego salió al balcón a fumarse un cigarrillo. Podía oler el humo desde donde seguía sentada. Se sintió incómoda, como si se estuviera entrometiendo en algo privado. Pero también sabía que él no la echaría. No le gustaba estar solo.

Decidió hacer algo consigo misma y encendió la chimenea. Sin varita, tuvo que hacerlo de la manera engorrosa, lenta y muggle. Draco estaba sin camisa y el calor de la ducha probablemente se disiparía pronto.

Cuando entró, se tumbó en la cama y se acurrucó.

—Te mataría fingir que te importa y que no eres una puta sin corazón.

Hermione se quedó junto al fuego y absorbió su ira. No le dolía. Lo comprendía. Obviamente, él quería que ella hiciera algún gesto para consolarlo. Ella no quería lidiar con esto en absoluto. Prefería estar abajo doblando sábanas que esto. ¿Por qué no se daba cuenta de que ella no quería estar aquí?

De todas formas, se acercó a la cama y se sentó apoyándose en la cabecera. Empezó a acariciarle el cabello en un vago intento de consuelo. Siempre quedaba el sexo, pero él la tomaría cuando estuviera preparado. No tenía duda de eso.

El lento deshieloWhere stories live. Discover now