cuatro semanas

937 52 19
                                    

Hace 3 años había dejado los anticonceptivos, iba todo bien con la "ginecóloga natural" y una pareja estable... en enero no me aguanté y tuve sexo en mi semana fértil... mi menstruación me llegaba cada 30 días, y ya habían pasado 45. En casa de unas amigas les cuento que estaba asustada, me pasaron un test, al otro día en la mañana me lo hice y salió positivo, me dio una tristeza inmensa y no por estar embarazada, yo desde siempre pensaba, si quedo preñá, ¡aborto!

Me dio tristeza tener que sacar lo que tenía en mi vientre por haber llegado en mal momento y por no haberme cuidado bien... caleta de culpas pasaron por mi cabeza, pero por suerte la sororidad de las cabras me sirvió mucho en ese momento.

Me hice una eco, tenía 6 semanas según el médico facho, pero yo, sabiendo mi días fértiles, tenía solo 4, el tiempo justo para abortar con plantas... y comencé, un día con ruda, segundo día, ruda y perejil, tercer día, ruda, perejil y artemisa... se suponía que logrando la semana tomando esas plantitas podría provocar el aborto "espontáneo", pero ya llevaba 4 días y no podía más, me dolía la guata y los síntomas del embarazo me quitaban las energías. Decidí que tenía que hacerlo con las pastillas sí o sí.

Pude comprarme las 12, lo haría sublingual. Ese mismo día antes de abortar me leí un libro entero sobre aborto con pastillas, estaba asustada, pero tenía todas mis ganas en que resultara todo bien. Una amiga me aconsejó que cuando tuviera las 4 pastillas bajo la lengua pusiera un caramelo sobre mi lengua para poder pasar el mal sabor, y así lo hice: 4 pastillas bajo mi lengua, el caramelo y media hora esperando a que se disolvieran y tragar con agüita el resto... Pasó una hora y empecé a sentir retorcijones en mi vientre, esperé las 3 horas y me tomé la segunda dosis, ya después de eso los retorcijones se hicieron más intensos, me daban escalofríos, tenía frío y sudaba como si estuviera corriendo.

Me llama por teléfono el supuesto padre, que a todo esto no quería que abortara, pero el vientre es mío, es mi cuerpo y yo decido, lo mandé a la chucha, ni siquiera me apoyó... Le colgué el teléfono súper enojada, estaba furiosa porque más encima no me bajaba la sangre, hasta pensé que las pastillas no me habían funcionado. Una amiga que estaba conmigo en ese rato me aconsejó que fuera al baño a empujar o que caminara para que bajara la sangre. Caminé como un zombi al baño y me dieron ganas de hacer pipi y en eso veo caer gotitas de sangre, me puse muy feliz y nerviosa a la vez, me salía mucha sangre, y me dio diarrea al mismo tiempo, fue tan intenso todo que hasta vomité de los nervios, y en un momento siento que algo más gordito que los coágulos empieza a salir de mi vagina, me aferré fuerte al baño y empujé.

Sentí cuando cayó al baño, sin ascos meto la mano dentro y lo saqué, era un saquito del porte de una uva. Me llené de emociones, pero por sobre todo sentí ¡tanto alivio! Después de eso igual me tomé la tercera y última dosis, para que mi cuerpo botara todo los restos, ese momento fue en el que me sentí peor, sabía que el feto o saquito ya había salido, pero los dolores eran intensos y sangraba mucho, tenía tercianas y sentía que me iba a morir, en ese momento pensé: "si me da hemorragia y tengo que ir a un hospital, nadie me ayudará, que mierda de país, más encima tengo que hacer esto pa' callao, por los juicios de mierda de la gente y si me pasara algo, me muero aquí mismo... maldito gobierno, malditos pro vida".

Después de toda esa tarde y noche abortando, despierto al otro día, feliz, aliviada, había ganado la batalla, ¡aborté sin problemas! Sangré como dos semanas, tomé yerbitas para los dolores, me hice baños de asiento para que saliera todo y me aliviara el vientre, mi menstruación volvió a la normalidad después de un mes... ahora soy más rigurosa con mis días fértiles, pero también tuve una reflexión, ¿por qué seguir la heteronorma? si hago cositas ricas con mis amigas son menos los riesgos, el sexo no necesariamente tiene que ser pene o que él entre en ti, cada uno crea su sexualidad a su manera y con quien le dé la gana.

Fran. Santiago de Chile

Relatos sobre el  a b o r t oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora