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Shu lo miraba atónito. Sin saber que decir; aunque para el rubio no hizo falta que dijera nada. Ya que a ese punto no iba a detenerse a pensar en lo decepcionado que estaba. Lo unico que le importaba era terminar su historia
-Esperamos al fin de semana y fuimos a tu casa. No había nadie.
Añadió, mientras lo miraba severo
-Intentamos contactar con alguien de tu familia...-
Shu no podía apartar la mirada de aquellos oscurecidos orbes marrones, siendo capaz de percibir un sutil brillo de nostalgia y decepción
-La llamada nunca llegó. El número estaba fuera de servicio y cuando finalmente Valt pudo hablar con tu padre. ¿Sabes qué dijo?.-
Daigo tragó saliva
-Nos negó como amigos de su hijo. Y simplemente se fué...-
Declaró, en ese momento su tono de voz se volvió lúgubre y profundo
Como si en verdad odiara revivir aquellos recuerdos y en ese momento estuviera sintiendo un profundo coraje por verlo a él después de tanto tiempo. Y que él solo le saliera con un "Lo siento, no te recuerdo... ni a ti, ni a ellos."
-Valt no volvió a ser el mismo. Ni yo tampoco... meses después la familia de Ken tuvo que salir del país. Y él tuvo que irse...-
Rantaro apretó los puños
-A Valt le tomó mucho tiempo volver a ser el mismo... y cuando finalmente se recuperó; él también se fué. Dejándome solo.
Shu sentía que la mirada del rubio era rígida sobre él
-Juré que nunca volvería a contar esta historia. Hasta que llegaste tú.
Miró a Daigo
-Y reconozco que no quise creerlo hasta verlo con mis propios ojos.-
Reconoció
Daigo se estremeció al sentir la profunda mirada del Kiyama
-Pero jamás pensé que volvería a encontrarte de nuevo.
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