La Cazadora

Puto Vampiro

Escuche un ruido en la cocina. Prendí la luz de la mesita de noche, cogí la espada que estaba debajo de mi cama y baje las escaleras lentamente. No había nada. ¿Acaso estaba alucinando? No, yo no estoy loca estoy segura de que escuche un ruido. Entre a la cocina y no había nada. Baje la guardia y cogí una cerveza y unas papás. Entre a la sala y me senté comiendo.

- Pensaba que llevabas una dieta.

Me pare rápidamente del sillón apuntando hacia todos lados con la espada. Esa era su voz. La voz del vampiro. Escuche una risita y me gire hacia ese lado. Para mi mala suerte el vampiro estaba detrás de mi agarrando la mano en la que tenía la espada.

- Suéltala.- dijo torciendo levemente mi muñeca

Me gire hacia el rápidamente intentando zafarme de su agarre. Lo que salió muy mal fue que el, al echarse para atrás para que no pudiera golpearlo me torció la muñeca tanto que tuve que soltar la espada.

Se acercó tanto a mi que termine acorralada entre su cuerpo y la pared.

- ¿Que haces aquí?- pregunte con odio frotándome la muñeca

- Te dije que te volvería a ver.

- Y yo te respondí que desaparecieras de la faz de la tierra.

- Te dije que no te hicieras muchas ilusiones.

- Si claro.- le golpee con el hombro- Me has echo daño idiota.

- Te dije que la soltaras y tu te pusiste agresiva.

- Lárgate.

- Ah, y valla espectáculo que hiciste cuando me "fui"- dijo haciendo comillas con las manos

- Te lo dije. Te matare.- dije entre dientes

- Solo me das risa nena.- dijo riendo y yo volví a golpearle con el hombro

- ¿Cómo me encontraste?

- Seguí tu olor. Que por cierto es exquisito.- le golpee nuevamente y el volvió a reír- No pensaba que te levantarías, te veías tan bonita durmiendo sin estar tan agresiva.

- Pues me da igual. Déjame en paz o gritare.

- Grita.- sonrío

- No estoy bromeando. Gritare.

- Inténtalo.- se acercó aun más a mí

Justo cuando abrí la boca para gritar, tenía su mano en mi boca y sonreía de oreja a oreja.

- Puto vampiro.- intente decir y el río