Historia de una escuela

Alex 1

Me aburro, y no es el mero aburrimiento de no saber qué hacer, la gente me aburre. Este sitio me aburre, incluso la vida me aburre, ¡En serio! No entiendo porque aún me siguen dando clases de gramática, de verdad que no lo entiendo, bueno, vale siempre que digo esto me viene el repelente de turno y me dice

–Hombre, Alex, pero no es para tanto, es para tener más cultura general y poder escribir bien, además, entra en la selectividad así que si quieres elegir tu futuro es mejor que lo estudies–

Yo les digo que ¡Y una mierda!, ¡Y una mierda pinchada en un palo!, yo se escribir, la gente aprende a escribir antes que a seguir unas normas complicadas que solo sirven para que los maniáticos obsesivo-compulsivo que dirigen las asociaciones de la lengua reciban dinero cada vez que publican una "nueva versión de las normas actualizadas", el lenguaje cambia constantemente cada día alguien inventa una palabra nueva :ABUJAR ¡Aquí está! Significa aburrirse mientras juegas, ¿Por qué nadie la pone en un diccionario?, ¿Por qué solo la uso yo? Y si la usamos mil personas, ¿Tampoco? ¿Y diez mil? ¿Cuántos serán necesarios para poder cambiar estas absurdas normas? En fin, que estoy perdiendo el tiempo y por lo tanto dinero, por que si hay algo cierto en este mundo es que el tiempo es oro y bueno por consiguiente que el oro vale dinero y, vale, hay muchas cosas ciertas en este mundo pero una de las que más nos afectan es la de que con el tiempo podemos hacer muchas cosas,como por ejemplo  ganar dinero, yo ahora podría estar leyendo sobre algo interesante, aprendiendo, pero no, me he de esperar quince minutos a que termine este suplicio. ¡Ah! un momento  , ¿¡Qué además ahora la señorita Barckis quiere que responda a una pregunta!? No, yo no paso por esto, no pienso salir a la pizarra como quien se pone en frente de un pelotón de fusilamiento, ¡NO!, me niego.

–Alex, te he dicho que respondas el ejercicio cuatro, ¿Me oyes?

–Ehh sí, sí, claro, perdón, estaba intentando resolverlo ...

Okay, mierda, ahora estoy delante de la pizarra con una tiza en la mano y un ejercicio que no se resolver, empiezo a pensar que el pelotón de fusilamiento es mejor opción, mierda; me sudan las manos, bueno, intentaré poner algo...

–¿Cuá..cuál era la pregunta, señorita Barckis?

–Ha de resolver el apartado tres del cuarto ejercicio,y rápido que el tiempo es oro.

Vale, eso a dolido, y mucho, tres del cuarto...vaya, que raro: no tengo ni idea...

Creo que es mejor que me retire con un poco de dignidad.

–Lo siento señorita, creo que no se hacerlo.

¿Ha colado? la señorita no hace buena cara... Creo que no...

–Muy bien Alex, nos vemos a la hora del patio. En mi despacho.

Vaya... con lo bien que quedaba... pues bueno, tendré que aguantar una charla con las señorita Barckis, que por cierto, ¡De señorita no tiene nada! Es más vieja que la biblia.

Bueno, ahora toca matemáticas, más cosas que no entiendo... ¿Para qué sirven? Quizás si me concentro conseguiré aprenderme algo...

El señor Johnson dice algo de que empezará un nuevo tema,mejor pongo atención.

–¡Chicos! A diferencia de los otros temas que hemos hecho, este, sí que se puede aplicar a la vida real.

Me descojono por dentro, como decía, hasta mi profesor admite que hacemos cosas sin sentido.

–Empezaremos con matemática financiera, os reparto los apuntes y empezamos con el interés simple.

Cojo la hoja de ejercicios y la empiezo a hacer. Es ridículamente fácil, hago el primero, paso al segundo y me asusto: no puedo haber terminado ya todos los ejercicios... levanto la mano y le pregunto si esta bien. El señor Johnson se lo mira un rato, levanta la cabeza y sonríe: