Valentina: yo también tía, por favor me avisas cuando lleguen.

Isabel: claro, estaremos en contacto.

José Federico: mamita nos vemos en la tarde.

Los gemelos abrazaron a su madre, luego Isabel y Don Ernesto se despidieron, los 4 salieron de la habitación.

Después de tomar su baño con la ayuda de José Miguel, Valentina quiso caminar un poco por la hacienda del brazo de su esposo, hasta que llamaron de la procesadora de lácteos y él tuvo que irse, en su lugar Leonor se quedó a acompañarla.

Leonor: me dijo mi hijo que piensan comprar un perro para mis nietos.

Valentina: es cierto, llevan meses pidiendo uno.

Leonor: un perro es un gran compañero de juegos, sabes que en las fundaciones que visito en la ciudad hay una donde puedes adoptar una mascota.

Valentina: y cree que tengan algún cachorrito?

Leonor:  eso creo, cada semana llegan perros, algunos enfermos, otros abandonados, déjame averiguo si tienen alguno, alguna raza en particular?

Valentina: no sé mucho de eso, lo importante es que sea dócil y pueda entrenarse.

Leonor: perfecto; quieres un poco de café?

Valentina: si por favor.

Leonor se dirigió a la cocina mientras Valentina al estudio, quería llamar al hospital y saber como estaba Fernando.

Alonso llegó a la hacienda pero primero pasó a saludar a Analia que estaba en las caballerizas.

Analia: entonces ya te vas?

Alonso: en la tarde, te dije que sólo venía por el fin de semana, y bueno quería despedirme de ti.

Analia: y de Valentina supongo.

Alonso: también, pero no es lo que piensas; Valentina siempre va a ser parte importante de mi vida.

Analia:  no comprendo como después de lo que hiciste ella te considere su amigo.

Alonso: por que es buena, además ya no soy el hombre que tanto daño le hizo, sólo te pido que no vuelvas a mencionarlo, no quiero que me veas de esa manera, sino como él hombre en el que me he convertido.

Analia: por que te importa tanto lo que piense?

Alonso: por que te veo de otra manera.

Analia: cómo?

Alonso no supo resistirse a sus ganas de besarla, Iluminada pasaba para traerle algo de comer a Analia.

Iluminada: perdón, eh! No sabía que usted estaba aquí.

Alonso y Analia se apartaron.

Iluminada: aquí está su tecito y sus galletitas.

Analia: Gracias Iluminada.

Alonso: Iluminada, Valentina está en la hacienda?

Iluminada: si! Hace ratito entró a la casa con la señora Leonor.

Alonso: entonces iré a despedirme de ella, con permiso.

Mientras Leonor hacia una llamada a la capital en el despacho con Valentina tocaron a la puerta.

Valentina: adelante.

SOY TU DUEÑA 2Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum