Capítulo 21: Demonio

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- ¿Qué quieres? – dijo Lara, sonando más seca y agotada de lo que realmente habría querido aparentar.

- ¿Qué quiero? – la dama apretó los labios, molesta.- Bueno, un saludo no estaría de más. Llevo muchos meses sin verte. No has pisado esta casa desde antes de Sri Lank...

- Llevaste años enteros sin verme, y no semblaba preocuparte tanto entonces.- cortó Lara.

Lady Croft inspiró profundamente y optó por cambiar de tema.

- La niña me ha dicho lo que ha sucedido. Lo siento mucho por la mujer ind...

- Marie Cornel. Se llamaba Marie Cornel. – cortó Lara de nuevo. – Lo sabes de sobra, como también sabes el nombre del padre de Anna que te niegas a pronunciar. A estas alturas, me ha quedado claro tu desprecio por ellos, pero al menos en mi presencia, fingirás algo de respeto.

Lady Angeline volvió a inspirar. Vaya, estamos belicosas hoy, pensó.

- Lo lamento, en cualquier caso. – dijo, esquivando de nuevo el conflicto – Pero aquel atentado en Turquía...

Lara pasó de largo a su lado, como si no la oyese, y empezó a subir la escalera.

- ¿Qué pasa? – replicó, ácidamente - ¿Es culpa mía que pongan bombas cerca de nosotras?

- No deberías haberte llevado a la niña.- la voz de reproche le alcanzó por la espalda.

Al verla girar lentamente el rostro hacia ella, la anciana dama supo que había vuelto a meter la pata. Ya van tres, pensó descorazonada. Hoy es imposible hablar con ella.

- Tú no decides adónde va mi hija y con quién. Yo soy su madre.

- Una madre bastante irresponsable. – se le escapó.

Mejor nunca lo hubiera dicho. El rostro de Lara enrojeció de ira. De tal palo, tal astilla. Ninguna de las dos sabía contenerse. Ninguna sabía callar a tiempo.

La cara le ardía, pero la voz que salió de ella era inconmensurablemente fría.

- Una madre irresponsable. – Lara masticó cada una de las palabras – Lady Angeline Croft dando lecciones de maternidad. Maravilloso. ¿Algo más que añadir, madre?

Incluso ella sabía cuándo debía parar. La anciana dama decidió enterrar el hacha.

- Farrington ha estado llamando repetidamente.

Aquello la pilló desprevenida. Lara parpadeó.

- ¿Cómo?

- El conde de Farrington. Creo que le recuerdas, él...

- Ya sé quién es.- Lara apretó los dientes. - ¿Qué narices quiere?

Lady Angeline suspiró.

- Al parecer, aceptaste un contrato de él. No sé en qué estarías pensando, pero...

- He dicho qué narices quiere.

Nada, me rindo, pensó Lady Croft.

- Quiere que le devuelvas la lágrima de Brahma.

(...)

A la mañana siguiente, la despertó una ácida discusión por teléfono. Anna se deslizó hacia el marco de la puerta y observó a su madre andar a zancadas, como un animal enjaulado, de un lado a otro de la sala, dando respuestas secas y cortas a quien estuviera al otro lado de la línea.

Que estaba claro quién era. Ian, el conde de Farrington, el desdeñado prometido de Lara. Aquello sí que era una novedad. Otra sorpresa inesperada, de las muchas que llevaban acumulados en aquellos agitados meses.

Tomb Raider: El LegadoWhere stories live. Discover now