— Te tengo una invitación.
— ¿En serio? ¿Para?
— No te diré. Pero debes seguirme ¿sí?
— ¿Puedo confiar en tí?
— Todo lo que quieras.
— Ok, entonces voy. Tu me avisas. -Sonreí, seguí haciendo la cama hasta terminar y bajé-. ¿Louis qué haces con mi bata? -Pregunté al ver como Louis jugaba con mi bata de dormir-.
— Nada, soy ___, la más bonita, la princesa, me gusta usar tacos y ser delicada. ¡Ah! Se me olvidaba, amo al sensual de Louis. -Se mordió el labio-.
— Sí, claro. Entonces yo soy Louis, el que anda en moto y odia a todo el mundo. Pero de alguna forma actúa diferente con ¡____! Por que la ama. -Subí una ceja-.
— Ah, claro y yo soy Beyoncé.
— Te pareces bastante. -Reí-.
— ¿En serio? -Se miró-.
— No. Mejor ve a bañarte.
— Está bien.
Louis se dirigió a la ducha, abrió la llave y comenzó a bañarse. Desde hace unos segundos atrás desde que le dice que se parecía a Beyoncé en nada. ¡Es hombre! Solo bromeaba, pero él también lo hacía. Comenzó a cantar Single Ladies. Cantaba bien, y la melodía era pegagosa, así que comencé a bailar fuera del baño, esperándolo. Hasta que se pasaron los minutos, Louis salió del baño, yo seguía la canción en mi mente y el baile en mi cuerpo. Lou paró frente a mí en toalla y dijo.
— ¿Qué haces? -Rió-.
— Nada. -Disimulé-.
— ¿Bailabas, no?
— ¿Qué haces en toalla frente a mí?
— Estoy saliendo del baño. ¿Qué haces tú esperándome afuera del baño? -Preguntó-.
— No te estoy esperando.
— ¿Cómo que no? ¿Querías ver este cuerpazo?
— ¡Louis! ¡NO! Entonces, me voy. Adiós.
— No, era broma.
— Ya lo dijiste. Es tarde. -Sonreí-.
— Está bien, pero más tarde saldremos. -Guiñó el ojo-.
— Ok. -Bajé las escaleras y comencé a prepararme un sandwich, no había desayunado, y escuché a Louis abrir la puerta y luego decir-.
— ¡____! -Gritó Louis-.
— ¿Qué quieres? -Grité-.
— Pero que amor. -Ironizó una voz-.
— ¡Cariño, baja! -Gritó Louis-.
Automáticamente pensé en algún familiar de Louis y todos los recuerdos de la boda se me vinieron a la mente, seguramente alguien de allí estaría abajo charlando con Louis, debía actuar como su novia nuevamente.
— ¿Sí? -Pregunté al estar abajo, primer piso-.
— Mi tía quería verte.
— ¿Por qué? -Pregunté confundida-.
— Por que se te quedó un collar, tenía tu nombre en algún lado, ni siquiera recuerdo donde. -Me entregó el collar-. Eso era, adiós.
— Adiós, gracias. -Respondí y la tía de Louis se fue-. ¿Qué fue eso? -Pregunté-.
— Mi tía.
— ¿Y por qué?
— Que sé yo. ¿Por el collar?
— Creo.
— ¿Estás lista? -Preguntó-.
— Sí. -Contesté-. ¿Dónde vamos?
— No seas impaciente. Tu solo sígueme. Lo prometiste. -Sonrió-.
— Es cierto. Entonces te sigo, vamos. -Sonreí y me tomó de la mano jalándome hacia el auto, para luego llevarme a un parque-.
— Aquí es. -Estacionó el auto-.
— ¡WOW! Es hermoso. ¿Es privado?
— Ajá. Aquí casi nunca viene nadie.
— Entonces no es privado.
— Tenía contactos por eso no tuve que pag.. Que estoy diciendo, ven. ¡No, espera! -Se bajó del auto, se dió la vuelta y me abrió la puerta-. Ahora baja.
— Aw, gracias. Que caballero. -Sonreí y me bajé del automóvil-.
— ¿Me acompañas a la maleta? -Preguntó-.
— ¿Qué hay en la maleta?
— Cosas. Ven. -Dijo y me dirigí a la maleta habían muchas cosas típicas de picnic-.
— ¿Es un picnic? -Pregunté-.
— Algo así. -Dijo-.
— Ah. -Comenzé a sacar algunos canastos y mantas-.
— ¡No!
— ¿Qué?
— No los saques, tu eres la princesa aquí.
— No puedes ser tú.
— ¿Por qué no? Una princesa sensual.
— ¡Louis!
— Versión masculina.
— Ya cállate. -Comenzé a reír-.
— Deja las cosas ahí, yo las llevo.
Hice caso a su petición y las dejé en la maleta, él se fue al césped y ubicó una manta y unas cuantas canastas llenas de comida en su lugar, dejó todo hermoso, adornó con flores, cosas que él traía. Se veía lindo, era un caballero.
— Ven. -Dijo al finalizar y me tomó la mano-. Debes venir. -Se dirigió donde dejó todas las cosas-. Siéntate.
— Ok. -Me senté encima de la manta-. Es hermoso, gracias.
— No tienes nada que agradecer. Lo hice por que quiero, no por un favor.
— Pero igual, lo hiciste por mí y eso no lo hace cualquier persona por una chica.
— ¿A qué te refieres? -Preguntó-.
— A nada. -Dije-. Algo me debías decir ayer.. Pero no lo recuerdo.
— Te debía decir de donde vendríamos hoy, pero ya estamos aquí.
— ¡Qué memoria! Te juro que yo ni recuerdo dos cosas para comprar cuando voy al supermercado.
— ¿Mente pequeña?
— Memoria pequeña. -Concluí-. Gracias por traerme aquí.
— Basta de agradecimientos, lo hicé por tí, por que me importas. -Dijo y yo solo sonreí-.
— ¡Juguemos a las preguntas! -Dije entusiasmada-.
— Pero ___.. ¿Qué preguntas harás? Me da miedo. -Dijo-.
— No seas miedoso. Solo contesta con la verdad. ¿Está bien? Así no habrá problemas.
— Ok.
— ¿Te comprometes a responder con la verdad? -Pregunté-.
— Sí.
— Entonces.. ¡abrazo de compromiso! -Dije y lo abracé-. Está bien, comenzemos.
Narra Louis.
Ese espíritu de niña que lleva dentro me encanta, es como jugar con una bebé, yo amo a esas pequeñas criaturas, ella claramente no es una bebé, pero su espíritu, su forma de ser, su energía, sus ganas de reírse de todo y su forma de sonreír me matan. Además es madura para tomar las decisiones y sabe cuando ser inmadura y cuando no. Es una chica especial, me enamoré de ella desde ese primer beso que nos dimos, fue increíble, juro jamás olvidarlo. Ella me hace olvidarme de todos mis problemas, recuerdo el segundo beso que le dí, le dije que no sabía que hacer, pero ella me liberó de eso luego de unos segundos, dentro de unos minutos, ya no recordaba nada. Yo ahora, creo que.. la amo.
Vuelve ____.
— ¿Louis? -Agité mi mano frente a su cara-. ¿Estás vivo? -Pregunté-.
— Sí. -Respondió-. ¿Jugaremos?
— Pues en eso estabamos.
— Ah, perdóname. -Sonrió-.
— Está bien. Ahora.. ¿Por qué me besas en cada oportunidad que encuentras?
— ¿Por qué haces estas preguntas?
— Las preguntas no se responden con más preguntas, así las cosas jamás terminarían. Las preguntas se responden con respuestas. -Afirmé-.
— Está bien. No lo sé. Me encanta y lo que dije la primera noche que dormimos en la misma habitación era verdad.
— ¿Lo de que te encantó besarme? -Pregunté-.
— Exacto. Ahora es mi turno.
— Ok. Pregúntame.
— ¿Eres celosa? -Preguntó-.
— ¿Hablas de amor? -Respondí-.
— ''Las preguntas no se responden con más preguntas, así las cosas jamás terminarían. Las preguntas se responden con respuestas.'' -Trató de imitar una voz femenina-.
— Por favor Lou, esa pregunta era necesaria. ¿Hablas de amigos o de novios?
— De novios.
— Ah, pues demasiado. Si el chico es mi novio es por algo, la palabra MI hace que me pertenezca, sería mío y de nadie más. Pobre de alguna tarada que se le acerque.
— Me asustas. ¿Lo dejas tener amigas?
— Podrían ser amigas feas. -Reí-.
— ¡___! Toda mujer es hermosa.
— Sí, pero por lo menos que a mi novio no le interese. O con tal de que no sea put*, perr* y todas esas cosas. ¡Ay, no lo sé Lou! He tenido un solo novio en mi vida.
— ¿En serio?
— Sí.
— ¿Te lastimó?
— No quiero hablar del tema.
— ¿Algún día me dirás?
— Creo.
— Si yo fuera él, jamás te hubiera dejado ir. -Sonrió-.
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