Capítulo 36

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La decisión  estaba más que tomada, nos mudariamos  pero no nos rendiriamos.

Desde que tengo uso de razón  mi familia  me enseñó  a luchar y a defender  lo que amo con uñas y dientes, durante todo mi vida lo he echo y ahora no iba a ser menos.

Tardé  años en perdonar y en recuperar  al que fue el hombre de mi vida y padre de mis hijos,  que no me venga ahora una pelirroja a tocar las narices,  si quiere guerra habrá  guerra pero no seré  yo la perjudicada.

Llegamos a casa de madrugada, la visita al hospital nos llevó  bastante tiempo, por lo que decidimos dejar a la niña con Vero  y así Mercedes dormirá en su  cama.  Total mañana tendríamos que hablar con ellos para avisarles del peligro que nos acecha.

A pesar de ser las tantas de la madrugada, tenía  hambre,  no había cenado y las tripas  me rugían más  de lo normal.

- Voy a preparar algo de cenar - avisé.

- Yo ya he tomado algo en el hospital,  así que me voy  descansar ,  ha sido un  día lleno de emociones -  dijo Mercedes mientras se iba a la habitación acompañada de Álvaro  que quería  comentarle  unas  cosas.

Como nadie  más  quería  comer me preparé una ensalada rápida. Mientras cortaba los tomates me puse a pensar en todo lo que había  vivido en aquel casa.  Eran tantas las cosas vividas,  desde el reencuentro con Álvaro el primer  día  hasta las noches locas de pasión  vividas por toda la casa... Noté como unas manos rodeaban mi cintura,  conocía esas manos,  esas mismas me dieron placer muchas noches. Me giré  y me encontré con esos labios que tanto anhelaba.

Solté  el cuchillo  y decidí  dejarme  llevar,  atrás  quedaron las horas en el hospital y las preocupaciones,  sólo  existíamos nosotros dos.

- Te quiero -  dije alejandolo  de la cocina -  no se que haría  sin ti.

- Yo te amo,  te adoro,  te necesito  como el aire que respiro - respondió  él  mientras dejaba pequeños besos por mi cuello - hoy...  pensé  que os perdía - dijo mientras colocaba una de sus manos en mi vientre -  si os llega a pasar algo yo... yo me muero.

- Ey  - dije mirándolo a la cara - no ha sido culpa tuya,  olvídalo, comencemos de cero -

Mis palabras tranquilizaron a Álvaro pero no lo suficiente. Él  era muy cabezotas como algo se le metiera  entre ceja y ceja no iba a parar hasta que le dieran la razón.

Suspire ,  no tenía  remedio.

Volví  a la carga con mis besos pero él  al ver que poco a poco iban a más decidió tomar cartas en el asunto.

- Anny -  comenzó  a decirme mientras yo me dedicaba  a jugar con su oreja,  aquella noche tenía  ganas de jugar  - para,  si continuas así  después  vendrán  las consecuencias -

- Joder  - me quejé - ¿ me vas a tener a pan y agua ocho meses? - resoplé  - si no fueras provocando no me tendrías  caliente como una mona -

- Calma nena - me tranquilizó Álvaro- lo último  que quiero es dejar  de fallar te - esto último lo susurró  en mi oído haciéndome  estremecer - pero debemos de seguir  las indicaciones de la ginecóloga - añadió  separándose  de mi encaminandose  hacia la habitación -  venga a dormir! -

La médica  y yo no nos íbamos a llevar bien ¿ de verdad me  iba a dejar con el calentón? Claro como el se podía aliviar el solito y si causar daños...

Refunfuñando me fui a la habitación donde me esperaba un Álvaro sin camiseta tendido en la cama - si es que va provocando  - pensé  para mis adentros.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt