Introducción

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La amistad es una relación sentimental elemental en la vida de cualquier ser humano. Todos necesitamos de esa persona especial con quien podamos divertirnos, un hombro firme sobre el cual llorar, ese ser querido que no se inmute con nuestras bromas; en quien podamos confiar nuestra propia vida. Enzo tenía ese lazo afectivo tan importante para la salud emocional de la humanidad, su mejor amigo, Bruno.

Enzo y Bruno se tienen un gran cariño y la compatibilidad entre ellos hace que la química sea obvia logrando ser el punto focal de atención tanto de conocidos como de extraños. El mismo Enzo, a veces, se preguntaba cómo era que podía soportar por tanto tiempo a su amigo.

Había conocido a Bruno Blanco en el jardín de niños y estuvieron juntos en la escuela hasta ese momento en el que tenían veinte años y ya estaban estudiando una carrera profesional. Desde siempre habían sido muy unidos y compartieron aventuras juntos donde normalmente terminaban heridos o castigados. En realidad, eran muy torpes cuando hacían travesuras.

Enzo siempre se quejaba de que perdía toda la capacidad de razonar cuando estaba cerca de Bruno porque le contagiaba su estupidez. Aun así, siempre fue partícipe de sus travesuras y nunca se negó a afrontar los problemas junto a ese grandulón que, a pesar de tener una actitud tan boba y no pensar las cosas antes de hacerlas, Bruno, en realidad encantaba a todos con su característica sonrisa traviesa y deslumbrante. Sin contar que su gran estatura y amplia espalda eran impresionantes, lo cual era un tema recurrente entre las chicas.

En cuanto al rendimiento académico de Bruno, era terrible. Su único talento hasta el momento era su gran habilidad en los videojuegos. Gracias a la tecnología y los últimos juegos en línea, se hizo un sitio donde compartía jugadas en vivo, al poco tiempo había ganado miles de seguidores con su humor tan característico y su gran habilidad en las competencias. Algo que también le ayudaba mucho a ganar popularidad en el entorno escolar, era su gran carisma al ser un chico ruidoso, bromista, rebelde, confianzudo y muy divertido. A la mayoría le gustaba estar cerca de él bromeando y riendo, Bruno representaba ante todos diversión segura.

Por otra parte, Enzo, era carismático a su manera pues su educación en casa había sido muy diferente a la de su mejor amigo. Desde pequeño, sus padres siempre habían sido muy estrictos con él en cuanto a su formación se trataba, por lo que llevaba un promedio destacable en la escuela. Tenía una gran amistad con sus profesores y gracias a uno de ellos consiguió ser el presidente del club de lectura, una de sus actividades favoritas y de las pocas que disfrutaba sin la compañía de Bruno. Le gustaba conversar con la gente, era muy curioso y preguntón, así que por lo general terminaba siendo amigo de las personas en su entorno. De esa manera, él y Bruno pronto se habían convertido en los favoritos de su clase y en un objetivo peculiar para sus compañeros.

Ambos llamaban mucho la atención de su grupo de clase pues siempre eran protagonistas de los sucesos importantes y su unión era tan interesante que sus compañeros terminaban haciéndoles burla. Todos aseguraban que compartían un romance secreto, algo que les parecía muy divertido porque, por su manera de interactuar, cualquiera podría opinar lo mismo. Incluso profesores entraban en el juego llamándolos "la parejita de la clase" y contrario a lo que cualquiera pensaría, no les molestaba; en realidad les gustaba la atención que tenían sobre ellos porque todo se resumía a una situación en concreto: sus muestras exageradas de cariño solo eran una broma.

Enzo siempre atesoraba con gran afecto todo lo que había pasado con su gran amigo y, sobre todo, una de sus primeras aventuras. Ellos habían vivido uno frente al otro toda su vida y cuando cumplieron diez años, quisieron construir su casa del árbol como las que pasaban en los programas televisivos. Sin embargo, sus familias nunca les permitieron usar ningún tipo de herramienta por miedo a que se hicieran daño, aun así, estaban tan empecinados a crear su guarida secreta que tomaron un par de tablas de madera e intentaron colocarlas sobre el gran árbol de la casa de Enzo usando cinta adherible.

Como era de esperarse, su casa jamás logró tener siquiera el piso cuando ambos cayeron del árbol lastimándose y causando un largo castigo para ambos. Toda la tragedia no fue suficiente como para derrotarlos, por lo que consiguieron cajas de cartón y construyeron su soñada casa en la cochera de la casa de Enzo. En dicho lugar vivieron muchas más aventuras, siempre fue su punto reunión y a pesar de que llegaron a la adolescencia y su pequeña casa estaba casi destruida por el tiempo, decidieron renovarla y hacerla más grande pues ya no cabían en ella.

La casa pronto se convirtió en su fuerte donde se reunían para conversar y estudiar hasta el momento en que aparecieron las nuevas tecnologías y el lugar era impráctico al no tener donde conectar sus dispositivos electrónicos. Aun así, la casa seguía en pie en la cochera de Enzo a la espera de ser derrumbada o habitada por las nuevas generaciones.

No homo, pero te amoWhere stories live. Discover now