Un minuto después recibía las respuestas. Sonrió ante las manifestaciones de sus amigas y el provocativo “súper” de Romina. Centró su atención en Elena que la esperaba pacientemente.
-Esta tarde nos vamos a reunir en casa para compartir este primer llamado y decidir quién lo atenderá. Además, estoy ansiosa por saber cómo le fue a Romina con su Mike -dijo con una risita.
-Hay que ver… -reflexionó su alumna.- La semana pasada no contaban con ningún pretendiente y ahora aparece uno de la nada y otro asoma desde el pasado. ¿No es providencial?
-Elena… -regañó Sandra.- Te estás dejando llevar por tu imaginación. Lo de Romi es temporario y lo que me atribuís no existe. Lo concreto es el resultado de nuestro plan. ¡Funciona! -exclamó alborozada.
-Estoy segura de que así será -ratificó la mujer con afecto,- pero esa historia pertenece al futuro. Ahora a esta vieja curiosa le interesa más saber algo más del hermano de tu amiga. ¿Cuál me dijiste que era su nombre?
-No te lo dije. Se llama Luciano y le dicen Lucho -contestó la joven.
-¿Y Luciano no te hace siquiera cosquillas? -los ojos de Elena brillabanjuguetones.
Sandra inclinó la cabeza y cruzó los brazos tomándose de los codos. Una sonrisa silenciosa distendía apenas sus labios.
-¿Sabés qué? -dijo por fin.- Necesito un confidente y sé que te distinguís por tu discreción. -Se desenlazó y subrayó su discurso levantando el índice- ¡Por eso nomás!
-Por lo que sea -dijo Elena con mesura.- Estoy ansiosa de escucharte.
-No sé que me pasa, Elena. -Hizo una pausa.- Luciano me atrae pero a la vez siento que amenaza este mundo que construí con tanto esfuerzo. Cuando estoy con él tiendo a olvidarme de mi autonomía y siento la tentación de abandonarme a sus decisiones.
-¡Vaya que te hace cosquillas! Me parece que si te dejaras llevar descubrirías emociones que todavía no has vivido.
-Me da un poco de miedo. ¿Y si él no responde a mis expectativas o yo no respondo a las suyas? Es el hermano de mi mejor amiga y no quiero que nada interfiera entre nosotras.
Elena la escuchaba y en sus ojos se reflejaba una suerte de conmiseración. Acarició la mejilla encendida de la muchacha y le dijo:
-Estás tratando de negar lo que sentís. ¿Quién te dijo que la vida es el mañana y que nos podemos cubrir de todas las alternativas? Vale la pena arriesgarse a vivir un sentimiento formidable aunque después termine en decepción. -Sonrió y la animó:- ¡Vamos, muchacha! Tengo la intuición de que estás frente a tu pareja. ¿O es que no lo ha dejado trascender?
-Sí. Creo que desde que nos reencontramos -confesó.- Y cuando estuvo a punto de besarme en la confitería bailable, o cuando aguantó mi desconsuelo el día de la madre, o cuando se preocupó por mi bienestar… -su mirada se perdió en la lejanía.- ¿Sabés? Haciendo el recuento no puedo negar que sus atenciones delatan sus sentimientos.
-¡Ah, niña! Se necesitan sólo dos dedos de frente para advertir eso. Y que yo sepa, tu coeficiente intelectual es mayor que la media. ¿Así que todavía no has probado el sabor del primer beso?
-Bueno, estaría lejos de ser el primer beso -aseguró Sandra con humor.- No pensarás que con mis otros pretendientes no me he besado…
-Con cada uno es el primer beso. Y si ha de ser con el que estés enamorada, no será comparable a ningún otro.
-¡Habló la voz de la experiencia! -rió la joven.- ¿Fue así con tu Victorino?
Las facciones de la mujer se iluminaron a la luz del recuerdo. Pareció rejuvenecer y su voz se dulcificó:
Capitulo 9
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