Sentimientos Latentes || Fanfic || Yaoi || Wigetta || 40

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-Narra Willy-

Me despedí de los chicos en cuanto terminó el evento. Me hubiera gustado acompañarlos a su siguiente parada, como tan amablemente me habían pedido que hiciera, pero mi cansancio era abismal. No creía poder sostenerme levantado por más de dos horas. Lo único que necesitaba en aquel momento era poder dormir en una cama decente. No es que no hubiera disfrutado del evento, pero descansar y campo no eran conceptos que fueran cogidos de la mano. Las literas de madera eran incómodas, tenían colchones duros y bastas sábanas que picaban. Era imposible dormir con los gritos de mis amigos, enloquecían cuando estábamos todos juntos. Si a todo eso le agregábamos el factor bichos, con lo que yo detestaba a los insectos, entonces se formaba un cúmulo de cosas ideal para no dormir. Como último dato, soy bastante quejica, necesito ciertos requisitos para quedarme plácidamente dormido. Desfallecí en el coche de camino a casa, me desperté justo cuando me dejaban en ella. Abracé con fuerza a los que se quedarían en España, sabiendo que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera volver a verlos. También me despedí calurosamente de Luzu, pero sabía que nos reencontraríamos pronto. En casa me esperó una afectuosa bienvenida, que correspondí de igual forma, aunque con menos entusiasmo debido a mi cansancio. Mi familia supo comprender mi desgana, e incluso me ordenaron enseguida que fuera a mi habitación a guardar reposo. Yo lo hice, aún sabiendo que tenía una importante confesión que hacerles, sería mejor que saliera del armario sin lucir pálido u ojeroso. Me encerré en mi pequeña habitación. Puse a cargar el móvil, el cual se había quedado sin batería durante nuestra estresante aventura. Mientras que cargaba lo mínimo para poder encenderlo, me dediqué a cambiarme de ropa por una más pulcra y cómoda. Esperaba poder darme una ducha caliente y desestresante tras la siesta, pues si lo hacía ahora corría el riesgo de quedarme dormido en pleno baño. Cuando se encendió la pantalla, el sonido de una notificación resonó en la estancia. Comprobé que se trataban de un montón de mensajes notificando llamadas perdidas de Vegetta. No me sorprendió, aunque no esperara tantas, solía llamarme cada día y el último mi móvil se había apagado por completo, así que se habría preocupado. Quise hablar con él, anhelaba escuchar su voz. Pero me contuve, porque tenía demasiado sueño y porque la conversación con Luzu me mantenía todavía un poco preocupado respecto a mi relación.

-Te quiero.-Exclamó Lana, en un jocoso tono de voz, mientras que abrazaba a Luzu. Este le había regalado algo, por navidades. Puesto que no teníamos familia en Los Angeles, las estábamos pasando con ellos dos. Cenábamos en su casa, y ahí nos repartíamos los regalos, como era costumbre. Tanto yo como Vegetta sonreímos entrañablemente ante su declaración de amor. Entonces yo le tendí su regalo, era un vídeojuego que había estado deseando tener tras haberlo visto en un evento. El mayor recorrió el paquete entre sus dedos, lo desenvolvió y entonces puso cara de impresión al ver su regalo.-¡Chaval, justo lo que quería!.-Sonreí, complacido por haber acertado. Él me cogió la mano,delante de la otra pareja.-Willy, Willy.. te quiero.-Me sonrojaron sus palabras, el corazón me latía con fuerza cada vez que las pronunciaba. Estaba apunto de corresponderlas, más él me interrumpió.-Creo.. bueno, no sé.-Dudó, y yo me encogí de hombros. Las imágenes de nuestros amigos empezaban a tornarse borrosas.-Quizá te quiera, no, me gustan las chicas.. o bueno, no, tú ¿Porqué no eres una chica?.-Noté como mis sentimientos se desbordaban, procuré mantenerme impasible, más un puchero hizo que me temblara el labio. Quería marcharme a mi habitación. Me puso sus firmes manos sobre los hombros, ahora estábamos levantados.-No.. no llores mi amorr.-Dijo sonriente, con un aire melodioso y cantarín. Noté sus labios sobre los míos, yo le correspondí.-¡¿Estás tonto, Willy?!.-Me gritó al separarse. Yo miré a nuestro alrededor, estábamos en mitad de la calle, la gente nos miraba atónita. Descubrí entre ellos a Alex y a Fran.-Me cago en todo.. perdón.-Le pedí, sintiéndome culpable. Él estaba rojo de vergüenza, se cubrió los labios con la mano.-Besarme delante de todos..-Escuché que murmuraba, mientras nuestro público empezaba a insultarnos, todo tipo de improperios homofóbicos.

Sentimientos Latentes (Wigetta)Where stories live. Discover now