Capítulo 16: Que la tierra me trague

Start from the beginning
                                    

Y es ella quién tiene ideas conspirativas de mí siendo Iskra, hasta que mi madre tomó la decisión de reforzar la seguridad y fue así que decidieron darme clases privadas cancelando mis horas de libre albedrío. Todo con la irónica intensión de que pueda disfrutar un poco de libertad con mis amigas en público, pero ahora ni eso se podía. 

Tenía unos fans muy intensos y la prensa me seguía constantemente.

- Son unos idiotas. -Danna me arrastro a un lado más privado de la playa.

- Está en la redes, y no creo que sean ellos. - Marie me mostró la foto en la que estaba con mi pantalón rasgado y un polo gris. - Algunos dicen que te pareces a ella si te quitan la ropa de hippie, pero ya todos saben que la insultaste, y creer que la adolescente famosa tiene otra identidad suena surrealista.

-Maldición. 

Me oculté en el lado privado cuando vimos al resto y algunos de los amigos de Rayan. Él estaba con su novia a un lado de un auto besándose sin pudor. Desprendían hormonas con solo verlos pero eso no me sorprendía. Él no parecía de esos que llamaban la atención pero ahora lo hacía.

- Meg, ven con nosotras. - Dani lucía esplendida con ese bikini negro.

Un chico se acercó a mí, era alto y lindo, un chico con el que pasar el tiempo. Solo un chico se acercó a mi y no era para invitarme a salir, después de ayudarme en la escuela, Kevin me molestaba por mi atuendo y al final resultamos amigos por su singularidad.

- Parece que tienes miedo.

-Miedo, ¿yo? - Maldición, Megan ¿por qué siempre estás a la defensiva?

-Tranquila. - Me dio una sonrisa bonita. - Entiendo que pueden ser unos tontos.

Sonreí. 

-¿Estás bien? - Hizo que le mirara y esos ojos azules me hipnotizaron. - Estás temblando.

Me vigilaban desde una distancia prudente, me sentía mareada pero por extraño que parezca, este desvío de planes me invitaba a ser amable pero brusca.

-Estoy bien, es la brisa.- me miró de manera extraña, supongo que era por mi ropa abrigadora cuando todos modelaban su bikini. - Sé que es extraño pero... no me siento bien aquí y tenía un poco de frío.

- ¿Quieres dar un paseo? 

Lindo, pero no. Ahora que lo recuerdo, creo que este chico me parece conocido, tal vez por... Sí, este chico era el ex novio de Darleen y no, no tenía tiempo para él. Me arreglé los lentes gruesos y acomodé mi peluca, tenía suficientes disgustos con ella como para agregar otro.

- Lo siento pero...

- Hey, ¿dónde estabas? - Danna me tomó del brazo para atrás mientras le daba una sonrisa algo falsa. - Estamos ocupadas, nos vemos.

El pobre se quedó algo confundido y molesto por la intervención de Danni aunque admito que no me importaba.

-Te debo una. 

-¿Qué te parece esa cartera nueva de Channel?

-Hiciste todo un espectáculo por vestir con lo nuevo de Gucci. 

Aún recuerdo las miles de preguntas que nos rodearon, en especial a ella y lo mucho que me costó decirle que finja unos cuantos contactos. Hicimos una historia que involucraba a su tío como diseñador y a esa le siguieron mil historias más, pero funcionó.

-Sí y ahora por fin creen que todo lo que uso es de diseñador. - Una sonrisa se extendió por su rostro, me gustaba verla así pero lo que hizo fue imprudente. - Ya, ibas a cometer suicidio social si no fuera por mí, mejor me voy antes de que sueltes el típico, pasemos desapercibidas.

Genial, y ahora ella estaba molesta.

Corrí por mi bolso, necesita poner un poco de orden en mi vida y con eso quiero decir que mi celular debe estar repleto de llamadas y mensajes. 

¡Santa madre!

Mi pie se adormeció con un dolor tan fuerte que me estremeció. Me detuve para ver qué pasaba pero la presencia de Rayan invadió mi momento de lamentación. Él siempre interrumpiendo mis momentos.

-¿Estás bien?

- Sí, no es nada. - Intenté caminar pero joder, como dolía. - Ya me voy, deberías volver.

-Te ayudaré, - avanzó frente a mí y no crean que le iba a dejar tocarme, retrocedí colocando una buena distancia. - solo quiero ayudarte, es todo.

-No te preocupes, ¿puedes dejarme sola?

-Megan... - Levanté mi ceja, irritada.

Quizá sea por el dolor... en mi pie, claro.

-No... no tienes que ayudarme- Mi nombre suena tan bien. - Déjame, por favor.

-Eres muy desagradable cuando alguien intenta ayudarte.

-¿Desagradable? ¿Lo dices porque no te doy las gracias y tú, sí?

- No, por tu comportamiento de... - Le invité a continuar con un leve asentimiento. - niña engreída.

Calma, Megan, calma.

-¿Por qué dices eso?

- Por ahora, y por las veces que ignoras a alguien que habla contigo.

-Yo no los ignoro, bueno sé que parece, - era tímida para hablar con ellos, y mucho confundían eso con aires de engreída- mejor olvídalo.

Tenía mis momentos de diva, y es que tenía miedo de decir algo malo, como en este caso. Mis palabras con el tono de voz que usaba, hacían que parezca grosera con solo saludar.

-¿Rayan? - La voz de su novia resonó en el lugar.

Entonces el asintió y cuando dio la vuelta lo detuve. No quería que se fuera así, con ese pensamiento sobre mí.

- Espera. - Me miró preocupado, algo que increíblemente me gustó. - Gracias.

Y esta vez ambos sonreímos.

ENTRE VERSOSWhere stories live. Discover now