Un cuento oscuro

2.-

La Iglesia de la ciudad, un lugar donde todo debe ir bien.
El cura lo sostiene de la cabeza y la termina manchando, de su semen se forma la silueta de Cristo.
-Aleluya -exclama. Dios actúa en formas misteriosas.
Le explica que le adelantó la extremaunción.
- No me preocupo por la muerte -le responde. Creo que nunca moriré.
- Y durante toda tu vida tendrás razón -bendice el padre.
Pasan la noche juntos.
- Olvidé lo que eras -revela al despertar.
- No lo sé, señor. De acuerdo a mi madre, aún muy joven para decidir.
Se escuchan gritos fuera de la iglesia. «Padre, padre».
- El deber llama, tengo que irme -dice, mientras se pone la sotana. Recuerda: luego del trauma
asegúrate de encomendarte a Cristo para sanar tus heridas, es el protocolo. Pero puedes ir
probando con unas pomadas en el entretanto.
- «Padre, padre».
- Ya voy, ya voy.
Se observan.
- «No eres el padre que busco».
- Pues tendrás que ser más específico al respecto. En general hay dos clases de padres: aquellos
que consienten a sus hijos dándoles todo lo que ellos no tuvieron y los que intentan inculcarles
valores mostrándoles lo duro que es obtener las cosas cuando crezcan. Cada uno cría al otro.
- «Busco a mi padre».
- Y es mi deber guiarte a Él. Aunque no lo recomiendo. Te contaré una historia: mi padre fue
procesado cuando era niño por nunca aprender otro idioma por completo.
"- Lo inexistente me ha denunciado por derechos de autor -me explicó. Verás, es curioso conocer
un idioma, pero no por completo. En ocasiones escucho una cosa, sin embargo, entiendo algo
distinto a lo que realmente dijeron. De vez en cuando prefiero lo que traduje en mi mente, aunque nadie lo haya dicho. He plagiado así desde hace tiempo".
» Perdió el juicio y más tarde el otro por completo. No podía refugiarse en la realidad, a esta la
perdió de joven.
"- ¿Quisieras demandar a la realidad?
- Así es.
- ¿Bajo qué cargos?
- Que ella no exista al despertar.
- Es una acusación muy grave -sentenciaron. Aliviaremos su pesar."
» Se emitió la orden y vivió ebrio desde entonces.
- «No conozco a mi padre».
- Oh, un libre de pecado. Debiste mencionarlo antes.
- «Me abandonó».
- Y no sabes lo que pudo ser vivir con él. Por como yo lo veo, te hizo un favor. Y aquí estás,
buscando a un hombre del que crees tener una relación por el hecho de haberte concebido. Es
parte de la naturaleza humana la fe que demuestras.
- «Necesito saber por qué».
- ¿Por qué? Por no ser cristiano, claro está. De haberlo sido te habría abortado. Es un pecado,
claro, pero habrías tenido un pase directo al cielo sin tener que pasar por el inconveniente de vivir, cualquier padre cristiano debería sacrificarse así por sus hijos. Irían al infierno, pero por el bien eterno de sus retoños. A eso le llamo amor verdadero.
- «¿Puede ayudarme a encontrarlo? »
- Por lo que me describes, es un hombre profundo. Prueba en el club de la ciudad. Todos los
buenos hombres acaban allí.