El Secreto de su Tristeza

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   El rey Guillermo tenía todo: un reino rico en minerales, súbditos incondicionales y una familia hermosa. Durante su largo reinado había conocido los lugares más hermosos del planeta y se había codeado con la gente más famosa y glamorosa de su tiempo. Cualquiera en su lugar hubiera sido muy feliz, pero él no lo era. Muchos pensaban que era porque su esposa, la reina Cristina, había muerto y ese vacío le había sido muy difícil de llenar. La prensa lo había perseguido desde que era un bebé y casi cada segundo de su vida había quedado registrado en una fotografía o en un artículo de una revista. Su vida nunca le había pertenecido completamente porque, desde que tenía memoria, la había dedicado y ofrendado a sus súbditos, tratando de dar el ejemplo con sus actos. Pero todos se preguntaban por qué nunca sonreía, por qué no era feliz.

Guillermo, aquejado por una enfermedad sin remedio, sabía que se le acercaba la hora de partir de este mundo y no quería morir sin antes preparar personalmente a su sucesor: su nieto Andrés, el hijo de su difunto hijo Jorge, quien había fallecido trágicamente en un accidente automovilístico unos años atrás. Andrés era un joven muy elegante y bien parecido que se asemejaba mucho a Guillermo.

Andrés estaba muy contento que su abuelo le dedicara tanto tiempo a su preparación sin saber cuán pronto la corona pasaría a su cabeza. Sabía que no había un mejor maestro que el anciano rey cuya experiencia era invaluable ya que había ocupado el trono durante casi cincuenta años. Los asesores le podrían hablar del mercado de valores o la política internacional, pero su abuelo le enseñaría algo fundamental: a ser el mejor rey para sus súbditos.

Todas las tardes, Andrés y Guillermo se sentaban bajo un antiguo roble en los jardines del palacio y hablaban durante horas sobre cualquier tema. El joven príncipe estaba fascinado: su abuelo tenía una respuesta para todo y una anécdota en cada lugar de la tierra.

Un día, Andrés se animó a preguntarle lo que muchos querían saber: por qué nunca parecía feliz. Al principio, Guillermo pensó en cambiar de tema e incluso mentir. Pero sabiendo que ya no le quedaba mucho más tiempo sobre esta tierra, vio la oportunidad de sincerar su alma, de sacarse un gran peso de encima que lo había acompañado durante casi cuarenta años.

- El amor.

- ¿El amor? – repitió incrédulamente Andrés. -¿Cómo puede ser el amor la causa de tu tristeza? ¿Acaso nunca fuiste amado? Tu pueblo te adora y tu familia también.

- Lo sé. Tal vez seas muy joven para entenderme. Mejor hablemos de otra cosa.

- No, por favor abuelo. Ahora quiero saberlo todo. Y no me vengas con que soy demasiado joven para entender cuando me estás preparando para gobernar a miles de personas.

Guillermo miró a su nieto a los ojos. Estaba tan orgulloso de él. Su mirada reflejaba pasión y curiosidad. Igual que él cuando era joven.

- Bueno, es una historia un poco larga de contar y muy dolorosa. Así que para evitar que te aburras y evitar que yo sufra, la voy a hacer lo más breve posible.

Hizo una pausa para ordenar sus ideas y comenzó a contar, más bien a confesar, una historia que había mantenido oculta durante muchísimos años y que las pocas personas que la conocían, se la habían llevado consigo a sus respectivas tumbas.

- Hace como unos cuarenta años atrás, yo era joven como vos, lleno de ímpetu y de poder. Hacía poco que era rey y estaba muy feliz disfrutando de los placeres de la soltería. Como te estará pasando a vos, no había mujer que se me resistiera. Rubias, morenas, pelirrojas, altas, bajas... No tenía rival. Claro, era el rey. ¿Quién no iba a querer estar conmigo? Yo sabía que todas ellas se acercaban a mí más por mi posición que por amor y yo también las usaba, porque yo no quería involucrarme seriamente con nadie. Vas a pensar que es una tontería lo que te voy a decir, pero yo tenía el presentimiento que el día que la persona elegida llegara a mi vida, sentiría la flecha de Cupido atravesando mi alma al verla. Esa sería la señal de que me estaba enamorando.

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⏰ Laatst bijgewerkt: Feb 19, 2022 ⏰

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