I

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Tropezó con algo, dio un traspié y a duras penas consiguió no caer al suelo.
Una pierna. Había una pierna haciéndole la zancadilla por mitad del pasillo. Ni siquiera frunció el ceño, estaba demasiado cansado del "primer día de su nueva vida", siguiendo la extremidad llevó sus ojos hacia la cara del responsable.
Lo primero que vio en Nico fue su leve sonrisa y sus ojos, que le miraban amenazantes. El tiempo se congeló durante segundos que parecieron horas, pero decidió continuar su camino sin buscar problemas, no tenía suficiente voluntad para enfrentarlos.

Paso tras paso intentó hacer memoria y ubicar la cara de ese chico en algún recuerdo, pero fue imposible. Sentía sus ojos clavados en la nuca, a pesar de eso no se giró ni le dio mucha importancia, no sería la primera vez que le intentan molestar por destacar demasiado.

La mañana de su segundo día en esa nueva vida empezó igual de monótona que todas las mañanas. El frío aire de la calle le golpeó nada más poner un pie fuera, haciendo que sus ojos se humedezcan hasta el punto de llorar un poco. De camino al instituto hizo una llamada a su novia para no cortar lazos a pesar de ir a institutos en diferentes punta de la ciudad.

- Buenos días Lisa ¿has dormido bien?

- ¡Alec! Sólo ha pasado un día y ya te echo de menos.

- Yo a ti también, asegúrate de atender en historia ¿Que te parece si juego a ser tu tutor este fin de semana?

- ¿Este?

- Si, mi madre no vuelve la noche del sábado. Quédate a dormir.

Hubo una pausa en la conversación, de sobra sabía que este sería otro intento fallido más, pero valía la pena intentarlo.

- Alec... Creí que ya habíamos hablado sobre esto...

- Hasta tu cumpleaños nada, lo se.

- Bueno, si lo tienes tan claro podría quedarme a dormir. ¡Pero sólo dormiremos abrazados! Tengo que colgar, estoy a punto de entrar ¡Te quiero! -Sin dejar tiempo a una contestación, la chica colgó la llamada.

Tras un profundo suspiro levantó la mirada y se encontró de lleno con un enorme edificio, parece que él también había llegado a su destino. Nada más cruzar la puerta de entrada se topó con pasillos y escaleras abarrotados de gente, por eso odiaba el instituto, demasiadas personas para su gusto. Hizo memoria intentando recordar como llegar a su clase, encontró la puerta a la primera. Al entrar fue directo a su asiento, no sin antes echar una ojeada al panorama delante de sus ojos. Ruidosas parejas de chicas, gente sentada estudiando, charlas matutinas entre compañeros, alumnos apurados copiando la tarea del día anterior...
Un par de ojos oscuros le llamaron la atención, esta vez si que los recordó. Desde un lateral de la clase una mirada se clavaba en el y analizaba todos sus movimientos, mientras una cruel sonrisa se esbozaba en la cara del chico del pasillo.
"¿Cuál es su problema?"
No entendía la razón de esa atención por su parte, ayer ni se fijó en él. Arrastró su silla hasta sentarse en ella, se sentía incómodo y para relajarse sacó el móvil y empezó a mandar mensajes de texto a Lisa.
La mitad de la mañana pasó en un pestañeo y el murmullo de la clase parecía una nana que le invitaba al sueño, tan sólo cerro los ojos un instante.

- Alec. Alec Morgan.

Al oír su nombre abrió los ojos de golpe pero sin exaltarse demasiado, lo necesario para despejarse pero sin llamar la atención de nadie. Alzó su mano.

- Presente.

El profesor asintió y apuntó su asistencia en el cuaderno que sujetaba entre sus manos.
Echó una ojeada más a sus compañeros, todos diferentes. Narices grandes y pequeñas, ojos azules, verdes, marrones y negros, los había pelirrojos, rubios, morenos y también una chica con el pelo color rosa, había personas delgadas y otras no tanto, las alturas también diferentes, lo mismo con la ropa y las voces que decían una tras otra: "Presente".
Todos tan diferentes pero a la vez tan iguales, tan aburridamente mundanos.
El chico del pasillo esta vez no le miraba, estaba demasiado concentrado en una animada conversación con el que se sentaba tras él.

Rotten (Yaoi)Where stories live. Discover now