Rotten (Yaoi)

Prólogo

Miró de frente al espejo, el sonido del agua corriendo inundaba el baño haciendo eco en las paredes. Metió sus dos manos bajo el chorro de agua helado y humedeció su cara, el frío hizo que esta se entumeciese y que su mente se despejase. Volvió a posar su mirada sobre el reflejo que tenía ante sí, mechones rubios caían y se pegaban contra su mojada frente, caminos de gotas se formaban tímidos por su pálida piel de mármol blanco, aterrizando sobre el uniforme de su nueva escuela, por lo que pasó una toalla seca alrededor de su cara. Al terminar de secarla sus brazos se pararon dejando la blanca y ahora húmeda toalla en la zona de la barbilla, su boca se entreabrió y de ella salió un leve suspiro.

Recordó las palabras que pronunció su madre minutos antes de salir por la puerta

"Primer día de una nueva vida."

¿Qué había de nuevo en esto? El agua seguía igual de helada y el aire igual de contaminado que todas las mañanas. Antes de salir del blanco baño se aseguró de peinar su enmarañado pelo rubio de recién levantado.
Al cruzar la puerta casi se chocó con unas cuantas cajas apiladas de la mudanza. Se permitió unos segundos para observar su nueva casa a la luz del día, los enormes ventanales del salón dejaban ver grises nubes y partes de altos edificios, esta vez su madre había escogido un apartamento con mayor altura que el anterior a pesar de quejarse constantemente de su vértigo. El salón con apenas muebles no le era familiar, tampoco la cocina donde tomó su desayuno o las llaves con las que cerró la puerta al salir.

Presionó el botón de llamada para el elegante ascensor. Con un sonido de campanilla las puertas se abrieron y vio de pasada las caras a falta de sueño de una pareja de empresarios antes de apoyarse contra una de las metálicas paredes dándoles la espalda.
Mientras los cables hacían un ruido casi sordo al mover el ascensor se relajó lo suficiente como para sumergirse en su mente.
¿Qué era exactamente lo que iba a cambiar en su vida a partir de ahora? Todo seguiría impecable como siempre.
Cuando llegó al vestíbulo se dio prisa en salir de aquel grande aunque claustrofóbico lugar y abrió las puertas dando a la calle, casi ansioso por respirar el sucio aire y pisar los enormes charcos. Sin pensar lo que salía de sus labios habló en susurros para si mismo.

''Solo quiero que esta vida deje de ser tan aburrida.''

Las calles, el cielo, el aire... todo esa mañana parecía estar podrido.