Leyendas de México y el mundo

3-. La condesa sangrienta (Hungría)

Nació en 1560 en el seno de una de las más ricas familias húngaras. Perteneció a la más ilustre y distinguida aristocracia, siendo su primo Primer ministro de Hungría y su tío Rey de Polonia. Aunque también tuvo antecedentes esotéricos entre los miembros de su familia, un tío adorador de Satán y otros familiares adeptos a la magia negra o a la alquimia, incluida la propia Báthory, ya que desde su infancia había sido influida  por las enseñanzas de una nodriza que se dedicaba a las prácticas de magia negra.

Además de una perversión sádica y sexual, la Condesa Elizabeth Báthory sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se contentaba por beberla, habitual en los llamados asesinos vampíricos, sino que se bañaba e ella con el fin de impedir que su piel envejeciese con el paso de los años.

Con 15 años se casó con un noble, el Héroe Negro, yéndose a vivir en un solitario castillo de los Cárpatos. EL conde reclamado en una batalla, dejó sola a Elizabeth por un tiempo. Elizabeth aburrida por el continuo aislamiento se fugó para mantener una relación con un joven noble al que la gente del lugar denominaba "el vampiro" por su extraño aspecto. Sin demorar demasiado, la dama regresó a su castillo, donde mantuvo relaciones lésbicas con doncellas. Desde ese momento y para distraerse de las largas ausencias de su marido, comenzó a interesarse de sobremanera por el esoterismo, rodeándose de una siniestra corte de brujos, hechiceros y alquimistas.

A medida que pasaban los años, la belleza que la caracterizaba  se iba degradando y preocupada por su belleza pidió consejo a la vieja nodriza. Está, le indicó que el poder de la sangre y de los sacrificios humanos daban buenos resultados; le aconsejó que si se bañaba con sangre de doncella, podría conservar su belleza indefinidamente.

Para ese entonces, la Condesa tuvo a su primer hijo, al que siguieron tres más. Ocupada por su papel maternal, intentó alejarse de las doncellas, por miedo al qué dirán de la aristocracia, pero en el fondo le atraían las palabras "belleza eterna". Pero más tarde, cuando su marido falleció, no tardó en probar los placeres de la bruja.

Su primera víctima fue una joven sirvienta que estaba peinando a la Condesa. Se cuenta que accidentalmente le dio un tirón, está en un ataque de ira le dio tal bofetada que la sangre de la doncella salpicó su mano. Al mirarse la mano manchada, creyó ver que parecía más suave y blanca que el resto de la piel, mandó que cortasen las venas de la sirvienta y que metiesen la sangre en una bañera para que pudiera bañarse en ella.

A partir de ese momento, los baños de sangre serían su gran obsesión, hasta el punto de recorrer los Cárpatos en  carruaje acompañada por sus doncellas en busca de otras jóvenes. Las llevaba a su castillo donde eran encadenadas y acuchilladas en los fríos sótanos bien por un verdugo, o por la propia Condesa, mientras se desangraban y llenaban su bañera.

Una vez dentro  de la pila hacía que derramasen la sangre por todo su cuerpo, y al cabo de unos minutos, para que el tacto áspero de las tollas no frenase el poder de rejuvenecimiento de la sangre, ordenaba que un grupo de sirvientas elegidas por ella misma lamiesen su piel.

Durante 11 años, los campesinos aterrados veían el carruaje negro con el emblema de la Condesa Báthory rastrear el pueblo en busca de jóvenes, que desaparecían misteriosamente dentro del castillo. Los cuerpos sin vida eran sepultados en las inmediaciones de éste, hasta que finalmente, tan sólo los arrojaban al campo para que las alimañas acabasen en ellos.

Finalmente encontraron los restos de más de una docena de cuerpos sin vida. Los lugareños armaron una revuelta insistiendo que el castillo estaba maldito y era residencia de vampiros, quejándose ante el propio soberano.

No obstante, atacar a una familia de poder en esa época era algo difícil, pero finalmente enviaron una tropa de soldados que irrumpieron en el castillo. Al entrar, los soldados encontraron un cuerpo pálido y desangrado de una mujer en el suelo, otro aún con vida pero terriblemente torturado, que había sido pinchado para extraerle la sangre, y otra ya muerta tras ser salvajemente azotada, desangrada y parcialmente quemada.

En los alrededores del castillo, desenterraron otros 50 cadáveres. En los calabozos, se encontraron una gran cantidad de niñas, jóvenes y mujeres con vida a pesar que algunas tenían señales de haber sido sangradas en numerosas ocasiones.

Una vez liberadas, sorprendieron a la Condesa y a algunos brujos en medio de uno de estos sangrientos rituales. Fueron detenidos y conducidos a prisión. Los crímenes sádicos de Báthory habían durado aproximadamente 10 años.

Báthory, aún con el privilegio de pertenecer a la nobleza, fue condenada a una muerte lenta: la emparedaron en el dormitorio de su castillo, dejando una pequeña ranura por la cual le daban algunos desperdicios  como comida y un poco de agua. Murió a los cuatro años de permanecer en es tumba, sin intentar comunicarse con nadie ni pronunciar palabra. Fue una especie de suicidio, de repente dejó de tocar la comida y falleció en 1614 con 54 años de edad.

A este siniestro personaje de la historia, se le vincula con otro no menos temido que además fue fuente de inspiración para una de las novelas góticas más características de su época, Drácula, de Bram Stoker.

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Una nueva leyenda, espero la disfruten mucho porque yo adoro está leyenda.