Hoja 7 miércoles 1 octubre de 1946

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(esta hoja parece escrita al instante de lo ocurrido)

Por las noches duermo bien, aunque esta vez fue diferente, estaba poseído por una pesadilla muy particular, cruzaba un portón plateado que de alguna manera me llevaba a lo que parecía ser algo de vida o muerte, alce la mirada a lo lejos y supuse ver tus labios que se escondieron en la noche, diferencie que eran rojos como el carbón por la mañana y sin prisa me acerque, camine lentamente hasta donde podía acompañarme la luz, al dar pocos pasos me detuve hipnotizado por la línea que dividía estrictamente el paso a la oscuridad, en mi cabeza pasaba algo que había leído "Del misterio venimos y al misterio regresaremos" "Del misterio venimos y al misterio regresaremos " pase un buen tiempo pensado que hacer y al sentir una corriente fría cruzar por entre los hilos de mi camisa, casi magicamente fui absorbido a lo que tenía miedo siempre a enfrentar..

Pero que extraño, nunca fui tan libre como en ese sueño, el tiempo se borró, mis hombros eran libres como el de un niño, todo iba de prisa me suspendí por un instante de todo lo que podía ser la vida, no habían problemas ni presentimientos mi cerebro se apagó únicamente era yo y nada más, me regocijaba en mi egoísmo, hasta que en la punta de mis dedos sentí tu piel fría, carne cruda, lo hermoso es que me traía más paz, sin saber lo que tenía enfrente mío dije:

- ¡que linda estas, te quiero¡

-¡que linda estas, te quiero¡ 

-¡que linda estas, te quiero¡ 

La voz tenue se convirtió en invocación de bestias.

-¡que linda estas, te quiero! -una vez más aparecieron sus labios rojos que era lo único que tenía luz en ese sitio, todo lo demás vivía en la oscuridad eterna, tenía una mueca de duelo irreconocible, se agitaba sobre el aire adolorida, se transformaba en miles de muecas, de pronto un chirrido rasguño todo, el sueño seguía cayendo sobre mi, abrí los ojos y ahí estaba pesado como una roca, ya mis brazos y mis piernas no eran más que carne inmóvil,  en ese instante surgió el miedo a morir y la incertidumbre de saber si es un sueño, ¡alce la mirada!, su boca seguía ahí volando como una mariposa lastimada, hasta que cayó al piso a mi derecha. Tres sombras rodaron alrededor mío , tres insectos crecieron de los labios trizados, alimentándose de la oscuridad se levantaron sobre el suelo, sus lomos eran escamosos y brillantes, alrededor de sus patas y sus puntos de flexión salía pelo, el pelo más grueso y retorcido, de toda su estructura emergían protuberancias anaranjadas que reventaban y creaban otras más pequeñas, un olor a muerto se levantó por toda la calle era a carne nauseabunda ¡Insoportable!. Aun me mantenía crucificado al piso obligado a ver como esas criaturas crecían cada vez más y trepaban por la iglesia, dos de ellas se hicieron tan altas que arrastrado sus cuerpos destruyeron la ciudad en minutos, pocas personas salían corriendo de sus casas pero no paso mucho tiempo para que se levanten sobre sus patas y se desmenucen en ratas y cucarachas dejando sin vida lo poco que dejaron. El último insecto volcó sus patas a mis costados y acariciándome la mejilla entendí "Ya no me busques" "Ya no me busques", inmediatamente el insecto se hizo casi de mi tamaño, tomando una forma humana noté que su cuerpo brillaba y sus labios volvieron hacer lo que eran, cayendo sobre los míos.

Era la madrugada, desperté casi asfixiado, las sabanas se habían colocado perfectamente como una cuerda sobre mi garganta, al instante me fregué los ojos y frente a mi estaba un ser alegre su sonrisa perfectamente se posaba sobre mí, tenía el tamaño de un niño era pequeño pero no tenía cabello, orejas, ni dientes, su cara era estirada y su cuerpo muy delgado, empezó a girar con los brazos extendidos mientras se reía, después de terminar su juego se detuvo y fijo sus ojos a los míos y empezó a burlarse fuertemente, su voz cambio era ronca crujía por todo el cuarto las ventanas vibraban y sentía su aliento mientras sus ojos no se despegaban de mi, después comenzó a llorar lamentandose, su voz ahora tenía el sonido de una mujer su rostro se asentaba sobre la esquina de la cama no dejaba de llorar "¿Por qué?" "¿Por qué?" "¿Por qué?!!" y por último gritó "!Te espero!" Y salto traspasando la pared, salte de la cama ahora estaba el ahí! afuera ¡ bailando!, saltando en las piedras de la calle, en poco tiempo desapareció en la noche, gire sobre los talones y algo me arranco del piso, me elevo y me aventó contra la cama, fue ahí cuando en realidad desperté.

Era la madrugada, desperté casi asfixiado, las sabanas se habían colocado perfectamente como una cuerda sobre mi garganta, al instante  me fregué los ojos  y frente a mi estaba un ser alegre su sonrisa perfectamente se posaba sobre mí, tenía el ta...

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