Sus ansias crecían, no así sus resultados. Nadie lo había visto, nadie siquiera se habría imaginado a una persona con semejantes rasgos. Jaime dejó de ir al colegio, evidentemente, no fue al trabajo tampoco. Esos días se fueron en sus recorridos urbanos, en su caótica pesquisa a través de las tórridas lluvias y el frío, zanjando entre su paranoia, su culpa, su temor más grande y profundo por perderlo, su increíble y destructiva desesperación y tristeza.

-Ya es el cuarto día y no sé nada. –Mencionó Jaime afligido, perdido en su ensimismamiento-.

-¿Por qué no me llamaste? –Inquirió Khaji sirviendo un poco de café para su amigo-.

-No he pensado en otra cosa que encontrarlo... -Explicó el menor casi momificado en el sofá-.

-Jaime, debiste llamarme...

-Sólo quiero verlo... Yo... yo... ¡No soporto más! ¡Necesito saber dónde está y si está bien...! –Exclamó llorando, ocultando su rostro entre sus rodillas-.

-Jaime... Oye... Debes calmarte. No estás nada bien. Dime, ¿has dormido siquiera en estos días? –Le preguntó observando el semblante descuidado que su amigo mostraba-.

Pero Jaime ya no respondió.

-Oye, necesitas dormir... Esto no puede estar ocurriéndote otra vez...

-¡No es lo mismo! –Respondió metódicamente, como si hubiese adivinado el rumbo de la conversación-.

-Jaime, pienso que...

-¡NO ES LO MISMO! –Reiteró gritando, lanzando despechadamente una mirada anárquica al mayor-.

-Jaime, acéptalo, Bart no desapareció, a él no le ocurrió nada, sólo se fue. –Habló sentándose junto al menor-.

-¡No! ¡Estoy seguro que algo le pasó! ¡Ya te dije, él salió para seguirme, pero no volvió! ¡Él no conoce este barrio, ni siquiera sabe la dirección del edificio! ¡Se fue sin llevarse nada, ni abrigo, ni dinero, ni su teléfono! ¡Algo le pasó, por eso no ha vuelto!

-Jaime...

-¡Créeme! ¡Bart está en problemas, yo lo sé, lo siento en mi pecho!

-Escucha...

-¡No quiero escuchar, sólo quiero que me ayudes a buscarlo! ¡Por favor!

-Jaime, estás muy alterado y sinceramente, me asusta que estés en este estado tan neurótico e histérico...

-¡Sólo ayúdame!

-Oye...

-¡AYÚDAME! –Alzó su voz levantándose-. ¡Eres mi amigo, mi familia! ¡Si hay alguien en este mundo que puede encontrar a Bart ése eres tú! ¡Khaji, por favor, te lo suplico! ¡Ayúdame a encontrarlo! ¡Por favor! ¡Khaji, por... por favor! –Imploró arrodillándose, recargando su rostro lloroso en las piernas del mayor-.

-Jaime... -Susurró dudando, topándose con una responsabilidad moral y fraternal-.

-¡Te juro que no es lo que crees! ¡Estoy seguro que algo le pasó a Bart! ¡Él no se iría así sin más! –Levantó su cara lacrimosa mostrando su más pura debilidad-.

-¿Y si sí? ¿Y si sólo decidió irse porque se sintió incómodo?

-No, eso...

-Quizá no le agradó el siguiente nivel de su relación.

-Puedo comprender eso, pero...

-Bart no parecía ser alguien que quisiera algo más estable... él...

No sueltes mi mano [BluePulse]Where stories live. Discover now