—¿Qué?

—¡Tenía sabor a fresas, Tetchan!

—Tendremos que pagarlo no puedes andar por ahí tomándote cualquier cosa que te encuentres, vamos a preguntar cuanto valía la cosita esta.

—¿Y eso? —señaló un chal que sostenía Tetsu.

—Nada, es para mi hermana (?).

—JAJAJAJAJA, ¡Ken! ¡Mira lo que Tetchan compró!

—¡Calla!

—Waaaaah... Tetchan... No me siento bien —Hyde se abrazaba el estómago cuando se acercaron al guitarrista y su acompañante.

Enano guarda silencio, ¿quieres? —ladró Ken cuando la joven lo dejó para atenderlos.

—¿Puedo ayudarlos?

—Ehm... Ehm... Pues, esto...

—Tetchan, te la ligas después, no me siento bien, ¡me muero!

—Cállate Doiha, estoy tratando de explicar que te tragaste su mercadería —lo regañó Tetsuya.

—¿Qué? —la joven se cubrió la boca con las manos mirando espantada a Hyde.

—¡Tetchan!

—Jajajajajaja enano glotón, en serio, te pasas —se burlaba Ken.

—No fue así, era una cosa para hacerme más hermoso —se defendió, pero Ken no paraba de reír llamando la atención de Yukkie, quien se acercó a ver qué circo armaban ahora sus amigos.

—¡Abuela! ¡¡Abuela!! —gritó la joven horrorizada al ver la botellita y tres pares de ojos giraron a verla— No es posible, no, no, no, no...

Una mujer canosa apareció de pronto corriendo asustada y se entremetió en el círculo que habían armado, — ¿Qué sucede Khadija? Oh... No me digas que... —observando la botellita.

—¡Sí! ¡Sí!

—¿¡Y dónde está!?

—¿Dónde está quién? —irrumpió Ken.

—Podrían, por favor, decirnos ¿Qué demonios sucede? —alzó la voz Tetsu en nombre de su grupo, pero ni caso.

—¿Hyde? —cuatro pares de ojos giraron hacia él. Sólo entonces se percataron de su ausencia, y de inmediato corrieron a buscar a Hyde, por un momento los larukus pensaron que lo que Hyde se había bebido era veneno, hasta que Tetsu lo encontró.

—¿Doiha? —escuchaba gimoteos detrás de unas largas cortinas de visillos como cintas anchas— Doiha ¿qué sucede? —preguntó algo asustado antes de entrar.

—Se me cae la ropa —se oyó un murmullo y Tetsu frunció el entrecejo confundido, decidido a entrar, lo hizo y salió disparado hacia afuera con la cara roja. Yukkie que lo había visto al igual que Khadija corrió hacia él mientras que Khadija corría en sentido contrario llamando a su abuela.

—Tetsu, ¿qué ocurre? ¿Lo encontraste? ¿Cómo está? ¿Qué...? —pero no pudo continuar, las risas de Ken invocaron a Tetsu para que volviera de donde había venido, Yukkie se asomó curioso de lo que ocurría, pero cuál sería su sorpresa al llegar que terminó más desconcertado aún.

—No puedo creerlo, encontraste algo para hacerte más pequeño aún —Ken reía a carcajadas. Khadija y su abuela se miraban asombradas y hablaban en murmullos. Hyde se cruzó de brazos y entonces Yukkie comprendió por qué el sonrojo de Tetsu cuando Hyde abrió los ojos como platos metiendo la mano en su pantalón. Corrió a empujarlo de nuevo en el vestidor improvisado—. ¡Yukkie! Por favor, te creía más decente, ¡y con el enano! —Tetsuya lo palmeó y azotó su mirada contra él.

—¡Woah~~~~~! —Se escuchó de Hyde y Tetsu enrojeció más— ¡Tetchan! ¡Ven a verme!

La joven se cubrió la boca al ver que Hyde salía sonriente cubriéndose con la chaqueta y acercándose seductor a Tetsuya, Yukkie trababa de meterlo de nuevo al vestidor, pero era inútil.

—¿Qué es eso? —escupió cada palabra. Tetsu no daba más y Ken ya no entendía mucho la preocupación hasta que lo notó y estalló en más risas.

—Su amigo tiene la culpa, no debió tomarlo sin permiso —respondió Aicha, la abuela.

—Decía pócima del amor, ¿cómo íbamos a saber?

—Tampoco era para que se lo trague así —saltó Khadija.

—Sólo está más enano, déjenlo así —insinuó Ken con malicia esperando la obvia reacción de Hyde, quién se soltó la chaqueta y se ajustó más la camiseta.

—¡Tengo senos! —Tetsu no daba más de la vergüenza.

—Y te gustan, o ¿no? —se acercó el guitarrista— Déjame hacer control de calidad...

—¡NO! ¡Ken! —lo regañó Tetsu— ¿Cómo se arregla? —preguntó Tetsu tratando de parecer calmado.

—Bueno, no lo sé —respondió la abuela Aicha y se encogió de hombros—. ¿Qué? No se supone que un hombre la tome, es algo especial que preparé para la boda de mi sobrina, es especial para la mujer que va a casarse, no se supone que lo bebiera un hombre, y lo puse en el primer frasco vacío que encontré, eso pasó por su culpa, pero quizá pueda averiguar cómo solucionarlo —Yukkie y Tetsu suspiraron mirándose y luego mirando al par que discutía como niños, Hyde le pegaba patadas torpes a Ken, ya que en su nuevo cuerpo la ropa se le caía—. Pero deben pagarme...

—Volveremos mañana, y le pagaremos cuando Hyde —señaló a su amigo—, vuelva a ser normal...

—¿Eso se puede? —Se burló Ken— ¡Ouch! —y el zapato de Hyde le dio en su nuca—. Ya verás enano, no te salvas de esta... —sonó su celular y salió para atender.

Se despidieron por educación y salieron con Hyde sosteniéndose los pantalones holgados en la cintura. Ken apareció justo en la entrada y los abordó con una sonrisa más que nada espantosa.

—¿Listos para su sorpresa?

—Ken, no es momento.

—Vamos Tetchan, ¡Puedes salir! —gritó y de un callejón a sus espaldas emergió la silueta de un hombre alto vestido enteramente de negro. A Hyde casi se le cae la mandíbula y los pantalones al ver de quién se trataba.

—Saku-chan... —murmuró sonrojado.

—Uh... ¿Haido? —una voz desde atrás.

—¿Gackt?

¿Dónde está Hyde?Where stories live. Discover now