Recopilación de historias paranormales contadas por personas reales que las han vivido. Algunas dan la cara y firman las historias, otras prefieren permanecer en el anonimato... pero lo cierto es que todas estas personas dan fe de que lo que narran...
Vivo en un pueblo muy pequeño así que los rumores son lo más normal del mundo. Hablan muchas cosas de brujería y toda esa mierda (yo no creo en esas cosas).
Un día estaba en casa de mis abuelos. Se trata de una casa gigante de seis habitaciones y de más de cincuenta años de antigüedad. En mi familia siempre ha habido rumores de que mi bisabuelo se dedicaba a la brujería (sigo sin creer en eso).
Como una tía mía se había ido de viaje y era ella la que habitualmente se quedaba con mis abuelitos, me quedé yo a dormir allí.
Estaba yo sola con ellos.
Era súper tarde y yo, como buena adolescente, me quedé en el teléfono hasta más o menos las dos de la mañana. Me fui a dormir. La oscuridad me da mucho miedo así que dejé la ventana abierta, porque daba a un callejón desde el que entraba luz. Fui al baño, que quedaba lejísimos de la habitación en que estaba yo. Cuando regresé me acosté pero tardé mucho en dormir porque me quedé pensando.
Cuando ya estaba segura de estar quedándome dormida, tuve la mala idea de voltearme y mirar a la ventana.
¡Marica! ¡Había un hombre o lo que parecía serlo parado allí fuera y de espaldas!
¿Sabes cuando tienes tanto pero tanto miedo que no puedes moverte ni gritar ni hacer NADA? Me quedé así por unos minutos.
Después reaccioné y del grito que pegué mis abuelos despertaron. Llamé a mis papás para que me fuesen a buscar y me llevasen a casa. Ahí no me quedaba yo, no.
Al otro día fui en la mañana y le pregunté sobre aquello a mis abuelos. Dijo mi viejo que fueron a revisar porque obviamente pensaron que se trataba de un ladrón (nunca lo vieron) y que encontraron una bolsa de plástico con cosas dentro que claramente eran de "brujería".
Aún no creo.
Pero... para alimentar mi miedo a las ventanas abiertas de noche, contaré algo más.
Mi hermano tenía la mala costumbre de meter la mano por la ventana cuando venía de fiesta y tocarme para que me levantara y le abriera la puerta principal de la casa y así no despertar a mis papás. Un día lo hizo, estaba re dormida pero sentí claramente que me tocaron, así que me levanté y fui a abrirle.
Él estaba sentado en el salón en su laptop.
Anónimo
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