Granizaba bajo la almohada
el sueño y la canción abandonados
una ventana casi rota
rota la desesperación.
El ente se evaporaba
y helaba la habitación
helaba el marcapasos
helaba el sinsabor
mientras la fiera
sin dudar del deber,
impuso el veredicto
y la guitarra arrancada
usada como leña,
olvidada cual perdón
alimentando noche y día
a la bestia de acero.
Y la ventisca
manchose con sangre
enrojeciendo todo el vagón.
Y los padres
cogieron al hijo
usándolo como carbón.
أنت تقرأ
Arrebol
الشعرY ahora que te tengo delante de mí no puedo creer que realmente existas. Lejos de mi llama me encuentro y mis cerros ya no los puedo ver más.