Ella usó mi corazón como trampolín

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―Lo siento, maestra. Trataré de que no vuelva a ocurrir ―dijo Futaba. Kaoruko, por su parte, solo lanzó un bufido.

Las clases transcurrieron de la misma manera, y así por varias semanas.

―¡Tenemos que ayudarlas de alguna forma! ¡No me gusta verlas así! ―mencionó Karen en la sala de estar de los dormitorios.

―Karen, creo que no debemos meternos ―dijo Hikari.

―Pero... quizás ellas de verdad necesitan ayuda. Llevan días distraídas ―comentó Mahiru.

―Opino igual que Kagura-san. Sería de muy mala educación entrometernos en asuntos ajenos. ―Fue la respuesta de Junna.

―No lo sé... Tal vez deberíamos saber un poco más, Junna-chan. Hay que ayudar a las amigas cuando están en problemas ―dijo Nana mientras rodeaba el cuello de su novia con sus brazos, haciendo que esta se sonrojara.

―Nana...

―¡Yo sabía que Banana estaría de mi lado! ―exclamó Karen.

En medio de la conversación, Futaba se acercó a las chicas.

―Buenas tardes, chicas ―las saludó con un visible agotamiento.

―¡Futaba-chan!

Las chicas la rodearon como una bandada de buitres a un cadáver, para desconcierto suyo.

―Dinos, ¿qué pasó entre Kaoruko-chan y tú? ―preguntó Karen.

―¿Hay algo en lo que podamos ayudarte? ―la secundó Nana.

Viéndose acorralada, la pelirroja decidió hablar:

―Pues...

(...)

―¡¿QUÉ?! ¡¿EN SERIO PASÓ ESO?!

―Sí... Kaoruko y yo terminamos.

La sorpresa invadió a todas las chicas.

―Mientras tanto, me estoy quedando con Kuroko.

―¿Y Tendo-san lo sabe, Futaba-chan? ―preguntó Karen.

―Por supuesto que lo sabe. Kuroko no le ocultaría algo así. Además, no quiero más problemas; con los que tengo con Kaoruko me basta.

Mientras Futaba les contaba a sus amigas sobre su ruptura, Tendo Maya, la estrella de la academia, caminaba por los pasillos. Al pasar cerca del baño, vio salir de ahí a una tensa Kaoruko. Estaba claro que la peliazul había estado llorando, pues se limpiaba sus humedecidos ojos en ese momento.

Sin saber que ya no estaba sola, la de Kioto gritó furiosa:

―¡Futaba-han, la broma llegó demasiado lejos!

―¿De qué broma estás hablando, Hanayagi-san?

Sobresaltada, Kaoruko se encogió y miró a quien le habló.

―Tendo-han...

―¿Tiene que ver con tu problema con Isurugi-san?

La peliazul lanzó un bufido algo infantil.

―Esa Futaba-han... No entiendo que pasa con ella.

―¿Entonces ella no...?

―¡Futaba-han no ha terminado conmigo!

La explosiva respuesta de Kaoruko y sus ojos humedeciéndose de nuevo fueron suficiente evidencia para que Maya corroborara lo que ya sabía.

―Claudine me puso al tanto de todo hace unos días. Isurugi-san se está quedando con ella.

Ella usó mi corazón como trampolínWhere stories live. Discover now