The Garden of the Na

Octaba Flor 💐

[Jaemin]

El suspiro que salió de entre mis labios al ver como los músculos de sus brazos se flexionaban al limpiarse el sudor de su frente fue inevitable, y cuando sus ojos negros se posaron en los míos no pude detener mi cuerpo y lanzarme en la piscina de la pena.

Mis ojos no se apartaban de Jeno, que iba y venía mientras hacía su trabajo, en una desapareció y vino con la podadora vieja de la abuela, algo estaba hablando con su amigo, gesticulaba con sus brazos y fruncía el ceño mientras Jeno solo sonreía de lo gracioso que su amigo se veía.

Al parecer logra convencerlo al ver como el rubio toma el mando de la podadora y sale a hacer el trabajo mientras Jeno se vuelve al lugar de la rosas se agacha y toma las tijeras de jardín y camina a los arbustos para darle la forma que había perdido.

Así pasa una hora y media cuando veo que el amigo regresa con la podadora y se echa en la silla nuevamente y dramatiza algo y Jeno se ríe.

Algo le dice y el contrario se va hacia la entrada principal. Dejando solo a Jeno mientras baja con la podadora al sótano.

Salí de la piscina y me sequé todo el cuerpo y cabello como pude rápidamente para luego ponerme la camisa que había abandonado anteriormente.

—¿Donde vas? —La incógnita de Hyuck me hace detenerme inmediatamente, giro en mis talones mientras rasco mi cabello mojado. Hyuck se acerca nadando a la orilla de la piscina y apoya sus brazos para sostenerse al estar en la parte más onda.

—¿Yo? —Me hago el desentendido.

Él enarca una de sus cejas y achica sus ojos. —No, le pregunto al fantasma junto a ti. Ya enserio Nana, ¿Que pretendes?

—No pretendo nada, es solo que... —miro por encima de mi hombro y veo que aún no sale del sótano. —Ya regreso. —No dejó que siga interrogándome y me doy media vuelta para seguir mi camino a lo que realmente me interesa.

Al llegar a la entrada del sótano, veo el pequeño bombillo colgante que está encendido, bajo con cuidado para no llamar su atención.

Lo encuentro mientras está quitándose la camisa sin mangas y veo como los músculos de la espalda se mueven al compás de sus movimientos flexionándose y estirándose. Juro que puedo babear en este momento, se nota que dedica algunas horas a su cuerpo y eso me enloquece.

—¿Disculpa? —Veo como se respinga rápidamente para luego voltear a verme. Es imposible evitar que mis ojos bajen a su six pack que se encuentra en su abdomen. El impulso de saborear mis labios es muy fuerte pero m retengo. Tiene un cuerpo de ensueño y que si no me lo follo hoy; dejaré de llamarme Na Jaemin.

—¿Si? —Es tierno escucharlo anonadado de tenerme en el mismo lugar que él y a solas.

—¿Te han dicho que eres malditamente sexy? —Uso mi mirada coqueta, bajo un poco mi rostro para poder verlo entre mis pestañas. —No te pongas esa camisa —le ordeno mientras señalo la prenda entre su mano— para lo que haremos no lo necesitas.

Su ceja se arquea en una incógnita lo que me hace sonreír y me acerco a él para posar las llenas de mis dedos justo en sus abdominales. Siento como se tensa bajo mi tacto y vuelvo mi mirada a sus ojos. En ellos se refleja excitación y sus ojos están más oscuros que unos segundo antes. Sé que él quiere lo mismo que yo así que no pierdo el tiempo y me pongo en mis rodillas para empezar a desabrochar su pantalón pero no lo logro. Sus manos detienen las mías y lo miro.