- - - - ---:꒰ Chapter Six꒱:

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El sonido de una puerta abriéndose les hizo removerse un poco del lugar, el sol aun no salía para informarles que estaban ya en otro día.
Juntos frente la enfermería se encontraban los seis chicos amontonados unos junto a otros, durmiendo. La escena hubiera sido enternecedora en otras circunstancias, cuando su amigo no estuviera muy enfermo.

Se acercó a los jóvenes y con cuidado empezó a moverles un poco para despertarlos, el primero en abrir los ojos fue Harry, quien a los segundos cambió su semblante a uno asustado y alterado, como si los recuerdos de la noche anterior lo golpearan.
Su semblante cambió un poco al ver que la señora Pomfrey le sonreía, como si no existiera riesgo alguno en ese momento.

—¿Cómo se encuentra?.– Interrogó viendo hacia la puerta del lugar.

—Logré estabilizarlo, le di vitaminas y un poco de comida molida, ahorita solo esta recibiendo suero, pero el señor Malfoy se encuentra vivo, un poco más y quizás no la contaba, esperemos que conforme su cuerpo absorba nutrientes mejore.– Solto en un leve susurro.

El azabache sólo atinó a soltar un gran suspiro con saber que Draco aún tenía una esperanza a la cual aferrarse se podía sentir completamente bien, le asustaba que esa misma noche se hubiera ido, pero no.

La mujer se alejo por el pasillo, parecía que iba en busca de alguien. Harry miro en la dirección que se marchó durante un momento, hasta que el ruido de un sonoro carraspeo lo alerto.
Al voltear su mirada se encontro con la de Nott que le miraba un poco dudoso.

Seguido del Slytherin se fueron despertando sus otros amigos y las chicas que con Harry se habían quedado, hasta ese momento fue consciente de Ginny y Herms se habían quedado toda la noche a su lado, una pequeña sonrisa se pinto en sus labios.

Al estar todos despiertos se adentraron con cuidado y en silencio a la enfermería, en las últimas camas junto a la oficina de la enfermera estaba Draco, aun lo suficientemente delgado, pero estable por el momento, nadie se acercó muchísimo, observaban de lejos, como si tuvieran miedo a romperlo.

—Podríamos hacer guardias, no sé si los Gryffindor también quieran, ya saben, venir a verlo y estar un momento con él.— Habló, Pansy por primera vez.

—¿Por qué?.– Cuestionó un confundido Zabini.

—En el mundo muggle se dice que cuando alguien esta en coma, puede escuchar y sentir todo a su alrededor, son conscientes, pero no quieren despertar y el venir a verlos y hablarles es un aliento para que salgan de su pequeño limbo.– Explicó con cierto miedo Hermione.

Todos le observaron un momento, quizás esperaba burlas o ataques por lo que decía, pero solo recibió una cálida sonrisa de parte de Pansy, sonrisa que le agradecía por responder. Un leve sonrojo en su rostro comenzó a emerger mientras respondía con una mueca que trataba de parecer una sonrisa.

Entonces, Harry hizo un sonido como si acabará de recordar algo y sin decirle palabra a nadie, salió corriendo del lugar.
Todos le vieron dudoso y aunque no lo fueran a admitir, los amigos del rubio se sentían enojados, creyendo que planeaba abandonar ahí a Draco, como si solo le hubiera interesado hacerse el héroe, pero nadie dijo nada, simplemente se fueron a sentar en los pequeños bancos que tenían en el lugar, sin hablarse y sin mirarse, solo esperaban.

A los minutos nuevamente volvió Harry con lo que parecían distintas cobijas y cobertores, todas de las distintas casas de la escuela, posiblemente se las había pedido a distintas de las alumnas que babeaban por el chico y eran capaz de darle hasta la ropa interior.
Dejo las ropas de cama sobre la mesita frente a la camilla del rubio y volteo a ver a todos los presentes que tenían la duda en su rostro y a una Hermione que le mirsba risueña, al ser de hija de muggles tal vez lo sabía.

—Bueno, una de las características de la anorexia y perdida extrema de peso es que la persona empieza a desarrollar mucho vello en su cuerpo, ya saben, no hay grasa para calentarlo y busca la forma de no pasar fríos, posiblemente Dra... Malfoy se este congelando en este momento, así que pensé en traerle cobijas.

Pansy sonrió de manera tierna ante el acto del chico, mientras que sus dos amigos trataban de procesar lo que el azabache les decía, nunca habían escuchado de la anorexia y ni por poco captaban, pero sonaba extravagante y peligroso.

La primer persona en hacer algo fue Ginny, quien se levantó para tomar una de la tantas cobijas y pensar en como iba a tapar a Draco con estas, le siguió Hermione, entre los tres Gryffindor comenzaron a cubrir de los hombros hasta los pies al chico, hasta que se sintieron conformes con el resultado de un burrito humano.

—Ya está, ustedes podrían venir a revisar las cobijas y hechizos calefactorios, nosotros a leerle u hablarle, también ayudar con su ingesta de alimentos.

Ni un presente renego ante las indicaciones, hasta parecían contentos con las tareas encargadas y con un leve asentimiento aceptaron lo dicho por la serpiente.

A los segundo apareció la señora Pomfrey, quien en leves empujones sacó a los chicos del lugar, argumentando que tenía que cambiar el suero y bolsitas de alimentos con vitaminas del joven Malfoy.
El último en salir fue Harry, quien escapandose de los empujones de la enfermera, corrió hacia Draco.

—Dragon, por favor vuelve, te necesito contar y mostrar muchas cosas maravillosa.– Hablo despacio para depositar un corto pero cálido beso en sus mejillas.

Volteo hacia la enfermera que le miraba enternecida. El chico decidió retirarse por el momento, permitiéndole a la experta encargarse de su chico.

La culpa se suelta, no se vomita. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora