Cap #52

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Me encontraba sentada en el sofá, esperando a que Christopher se dignara a bajar de una buena vez. Un jugo de naranja en mi mano derecha y una barra de cereales en mi mano izquierda. La ventana abierta, dejando a la vista los árboles bailando por la suave brisa de verano. La noche ya había caído y con ella mis deseos de irme a dormir se hacían notables.

Los pasos sobre los escalones retumbaron en el silencio de la casa, Christopher se aproximaba. Me di la vuelta para verlo y desvió la mirada para entrar a la cocina. ¿Podía ser posible que se enfadara por eso?, me pregunté mientras escuchaba atenta los movimientos de Christopher en la cocina.

Como siempre ocurría, Christopher no pedía disculpas, según él, eso no servía de nada. El ejemplo del vaso roto daba a entender que para él no tenía sentido pedir disculpas.

-Cuando tiras un vaso al suelo, se parte en mil pedazos.-había explicado.

-Discúlpate y veras que el vaso sigue dañado, no vuelve a ser como era antes. Es lo mismo, _____-dijo una y mil veces.

Dejé el vaso vacío sobre la pequeña mesa redonda y terminé la barra de cereales. Christopher cerró la nevera dando un azote y lo oí maldecir.

-Nunca hay nada para cenar.-se quejó en voz alta.-Te dije que tenias que ir al supermercado-dije casi inaudible.

Lo oí hacer una imitación de mi voz y luego volvió a abrir la nevera. Me puse de pie y tomé el vaso sucio entre mis manos. Caminé hasta la cocina y lo dejé en el fregadero.

-¿Puedes hacerme la cena?-¿Yo?-me señalé con un dedo sobre mi pecho-, ¿A ti? Ni lo sueñes, Vélez.

-Gracias.-dijo entre dientes.-No te comportas como un ama de casa.-No lo soy, Christopher.-le aclaré.-Y un ama de casa no es una empleada, así que si quieres cena, pídelo por favor.

-¿Puedes hacerme la cena?-preguntó repetidamente. Levanté una ceja.-Por favor-añadió.

-Ya pasó el momento.

-_______, por favor.-se quejó.

Me quedé en silencio y caminé hasta la nevera, la abrí y saqué un pedazo de carne. Metí el plato al microondas y lo programe. Christopher me observó atento. Busqué mostaza y ketchup, y los puse sobre la mesa. Sonó el timbre del microondas y corrí hacia él, tomé el plato y lo dejé sobre la mesa. tomé un tenedor, un cuchillo y un vaso.

-Que disfrutes.

-Oh, vamos, ______, eso es del jueves.

-Dos días, no te hará daño.

-Cocina para mí, por favor.

-No lo haré, Christopher .-caminé hasta la puerta de la cocina.

Las peleas entre nosotros acostumbraban a ser fuertes y luego terminaban en un revolcón. Como ya le había dicho a Christopher la última vez que había ocurrido aquello, la próxima no sería igual. Esta era la próxima, Christopher no iba a salirse con la suya. Un masaje sobre los hombros y suaves besos en el cuello, problema resuelto.

Me puse mi pijama y me miré en el espejo, tenía el cabello levemente revuelto y mi maquillaje se extinguía de manera sutil. tomé las toallitas desmaquilladoras y me lo fui quitando poco a poco.

-¡Sin duda la cena más maravillosa de la historia!-exclamó Christopher entrando a la habitación.

Mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa y largué una leve carcajada. Me peiné mi cabello y después me cepille los dientes. Apagué la luz del baño y encendí la luz de la lámpara. Christopher apagó la luz principal de la habitación y también encendió la luz de su lámpara.

La bella y la bestia,Christopher Vélez Y Tú. (Completa)Место, где живут истории. Откройте их для себя