Sola - Star-Ant - Marvel

1.

¿Alguna vez te has sentido solo? ¿Sola?

¿En completa soledad?

¿Alguna vez has experimentado ese frio y pesado sentimiento?

Pues ella sí.

La primera vez que Cassie se sintió sola, tenía 11 años.

-¿Qué está pasando? -.

La voz de su tío Luis siempre había estado cargada de alegría y mucha energía. Él tenía una manera muy peculiar de hablar, no sólo porque se enredaba, sino también porque siempre parecía estar muy emocionado.

Su tío siempre había sido el mejor contando historias, pero en ese momento no se escuchó como de costumbre.

-¿Tío? – la niña se puso de pie sobre el césped y lo miró con cierta preocupación.

Los infantiles y joviales ojos de Cassandra M. Quill Lang, se abrieron con miedo cuando vio que los brazos de su tío favorito se estaban desvaneciendo.

-¡No te asustes! – le grito él, a pesar de que se podía ver el terror que sentía en todo su rostro.

Cassie, quien hasta el momento se encontraba cuidando de las flores que planto en el jardín de su hogar, trató de acercarse al mayor, que en esos momentos estaba sentado en las escaleras de la entrada de la casa.

-¡No te acerques! – Luis gritó asustado de causarle a la niña lo mismo que le estaba pasando a él si se le acercaba demasiado.

La niña se detuvo pero miraba al borde de las lágrimas a su querido tío y no era para menos, pues sus brazos ya habían desaparecido casi por completo.

-¡L-Llama a Scottie! ¡O a los demás! –.

Esas fueron las últimas palabras que Cassie recibió del tío Luis, pues inmediatamente después de decirlas, desapareció en un montón de...

Ceniza.

La niña estaba completamente aterrada, tanto que se quedó de pie allí durante un buen tiempo. Sus ojos temblaban dilatados por el miedo, su pequeña boca estaba entreabierta y sus delineadas cejas torcidas en un completo gesto de temor. Miraba aturdida el lugar donde antes había estado su tío. Ahora sólo había cenizas dispersándose en el viento.

Nunca había estado tan aterrada en toda su vida.

Le aterraba moverse y empezar a desaparecer también pero unos fuertes ruidos la hicieron saltar y tener que moverse. Vio un auto estrellarse en la cerca de uno de sus vecinos. Pronto los gritos comenzaron a escucharse. Una persona salió del auto gritando el nombre de alguien, otros autos se estacionaron en medio de la calle y más personas empezaron a llamar a otras.

El miedo se hizo más grande en su interior y sólo pudo pensar en una sola cosa.

-Papi... -.

Se dio la vuelta, dándole la espalda a todo el caos de la calle y se apresuró a entrar a su hogar. Corrió hasta la sala, donde tenían el teléfono. Cuando lo tuvo entre sus manos por poco se le resbala, pues estaba temblando, pero logró sostenerlo y sin dejar de temblar, marcó el número de su papi.

El tono de marcado tratando de conectar la llamada, nunca había sido tan frio y terrorífico como en ese momento. La niña sostenía el teléfono contra su oreja con mucha fuerza. No relajó su agarre hasta que la llamada se conectó.

-¡Papi---! -.

"Hola soy Scott, estoy ocupado en estos momentos, deja un mensaje y te llamaré más tarde, quizás"