Tony la miró con traición.

—Están diciendo que tú nueva dirección... no le conviene a la compañía.

—¡Estoy siendo responsable! Es una nueva dirección para mi... y la compañía—añadió Tony. Obadiah enarcó sus cejas—. Digo, yo a nombre de la empresa, siendo responsable de...

—Deberían darle una oportunidad—murmuró Zelena—. A veces los cambios son buenos, ademas ¿que les preocupa? Sus bolsillos rebalsan de dinero.

Tony resopló.—Muy tarde decides apoyarme, Zel. Estaré en el taller—agarro la caja de pizza y se puso de pie.

—Por favor. Tony—Obadiah trato de detenerlo. Pero siguió caminado—. Espera. Quiero invertir esto, pero necesitas darme algo. Algo que venderles. Que los ingenieros analicen eso, que nos den especificaciones—señaló el Arc Reactor.

Tony negó.

—Échales un hueso.

—Nada de eso. Yo me quedo con esto. Olvídalo.

—Entonces me quedo con esto—Obadiah le quitó la caja de pizza—. Puedes agarrar un pedazo—Tony camino a las escaleras que llevaban a su taller—. ¿Puedo ver lo que estás haciendo?

—Buenas noches, Obie.

Obadiah resopló.—Habla con él—pidió a Zelena. La peli-negra suspiró—. Por favor.

—Sabes lo terco que es y lo difícil que resulta hablar con él en situaciones como esas.

—Pero eres , la única que puede traspasar todos los muros en su cabezota y hacer que razone y piense bien lo que hace.

—Lo siento, Obie, pero Tony está lo suficientemente grandecito para tomar decisiones como estas, si él está seguro que es lo mejor. Debes confiar y creer en él.

—Pero...

Zelena no le permitió seguir hablando.—No voy a interferir en lo que hace. Voy a apoyarlo, es lo mejor que podemos hacer. Pasen una linda noche.

Sin decir más, caminó a su habitación.


‎⎊

Al siguiente día, Zelena no tuvo de otra que pasar en la gran mansión. Uso el gimnasio para distraerse un poco. El resto del día lo pasó contestado llamadas, dando indicaciones a Piper, autorizando transacciones de dinero para algunos proyecto e incluso tuvo el tiempo para proponer uno nuevo que planeaba llevarlo a cabo en Los Ángeles.

Por la noche, preparó chocolate caliente y tomó asiento en uno de los cómodos sofás. Decidió llamar a su hermana.

Te extraño, Zel—la voz apagada de Iris se escuchó y la vio hacer un puchero a través de la pantalla de su celular. El corazón de Zelena se oprimió—. Prometiste que regresarías pronto. Llevas casi quince días en Los Ángeles.

—También te extraño, chiquita—murmuró Zelena sonriendo levemente—. Se que dije que regresaría pronto, pero Tony Stark no quiere dejarme ir. Y me tome la oportunidad de proponer un nuevo proyecto, pero no voy a aburrirte con cosas de trabajo. Mejor cuéntame, ¿qué tal van las clases?

Iris se encogió de hombros.—Bien. La Sra. Gilbert dice que soy un genio para las matemáticas. Y en ballet también me ha ido bien. Solo un pequeño incidente...

Zelena frunció el ceño.—¿Qué clase de incidente?

Iris dudó para decirle, pero una cabellera castaña se asomó a la pantalla. Danielle se había estado encargado de Iris con lo necesario. Pasaba el rato con ella para que la menor de las Quinn no se aburriera encerrada en la casa.

GRAVITY | tony starkWhere stories live. Discover now