- ¿De qué te ríes, McCann?

- Del dinero que me haces perder cada semana. Ya van 15 dólares y estamos a jueves.

- No es culpa mía que hagas apuestas con Robin. - puntualizó mientras acababa de barrer. - ¿Sabes algo de Liah?

- Solo que esta en Atlanta con su familia y que esta incomunicada.

- Yo había oído que estaba un poco mal, al parecer este año tenia pensado llevar a Matt allí, pero no ha podido. - cuando dijo ese nombre empecé amostrar más atención. - Siempre se la ve afectada por el tema, no sé, creo que debería superarlo ya. - a cada palabra que decía me quedaba más sorprendida. - Pero bueno, al fin y al cabo, se acabará olvidando de él. - la gota que colmó el vaso.

- ¿Pero de qué vas?, ¿No te das cuenta de lo que estás diciendo o qué? - cuando dije eso pareció reaccionar y darse cuenta de lo que había dicho. No me había dado cuenta, pero estaba llorando.

- Oh dios, lo siento. - intento acercarse, pero le aparte de un empujón. - de verdad, no quería decir es.

- A, ¿no? ¿y que querías decir? - mi voz se quebró aún más, si eso era posible. - Eres un imbécil, Steve Harrington.

Sali de la trastienda y Robin se quedó con impactada tras lo que acababa de escuchar. Bajé corriendo las escaleras y fui hacia la parada, en la cual me senté. Al rato llegó Steve.

- Summer, escucha, lo siento mucho, de veras.

- Steve, no. No acepto tus disculpas, sabes que no me gusta que la gente hable así de mi hermano, y menos de esa forma. - vi el bus acercarse. - me tengo que ir. - tras esto ultimo el chico no dijo nada, solo asintió

Me monte en el bus y saque el comic que había "tomado prestado" de la librería. Me puse a leerlo y a los 10 minutos llegué a mi parada. Aun tenia que andar unos minutos hasta llegar finalmente a mi casa. Cuando entre un delicioso olor a pastel de carne me envolvió. Me dirigí al salón, donde estaban todos viendo la tele.

- Hola Summer, ¿Qué tal te ha ido hoy? - Preguntó mi padre.

- Había bastante trabajo, por eso he llegado tarde, lo siento.

- Tranquila cariño, suponíamos que habría pasado algo así. Te he dejado pastel en el horno. - Respondió mi madre

- Gracias mamá.

Después de subir a cambiarme preparé mi cena y me puse a comer en la cocina. No dejaba de pensar en lo que había pasado con Steve, se había comportado de una manera horrible. De repente unos tirones en mi pijama me sacaron de mis pensamientos.

- Hola Nate, - cogí a mi hermano pequeño de 5 años y le subí a la encimera. - ¿Qué tienes ahí?

El pequeño me enseño un dibujo.

- Es un dibujo de nuestra familia. - me empezó a señalar cada uno de las personas. - aquí esta mama con papa, están muy juntos por que se quieren mucho. Y tú estás aquí. - mi mirada se fue a un lado de la hoja, había 3 personas. Dos altas y una baja. - somos Matt, tu y yo, estamos jugando y estamos muuuuuy felices, todos juntos. - ante el ultimo comentario no pude evitar emocionarme y unas lágrimas se me escaparon. - No Summer, no estés triste. Es un dibujo feliz.

- No, no estoy triste, al contrario, estoy muy feliz, de ser parte de esta bonita familia. Ve a colgarlo en la nevera, para que todo el mundo pueda ver lo bien que dibujas. - le dije, volviendo a ponerlo en el suelo. - Venga, vamos a acostarte, ya es muy tarde. - Le cogí en brazos y comencé a subir las escaleras que daban al segundo piso.

Tras leerle un cuento y acostar a Nate bajé a la cocina para recoger la cocina, pero me encontré todos los imanes del frigorífico en el suelo. Recogí los dibujos, las notas y las fotos e intenté colocarlo todo como estaba, pero los imanes no se adherían, decidí dejarlos todos en la encimera. Al coger el dibujo no pude evitar sonreír; era increíble el aprecio que Nate tenía por Matt, ni siquiera le había conocido, pero el pequeño lo amaba. El tiempo pasaba demasiado rápido, el accidente ya había pasado hace 5 años y aun no me había recuperado.

Ephemeral // Billy HargroveTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang