2.- Pasión

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El biodroid desconocido, Jaden, se detuvo frente un motel, y la chica que lo seguía se paró a su lado, observando en silencio el edificio de una sola planta. No sabía su nombre pero tampoco le importaba. Él cuidaría de ella y, a cambio, podría tirársela las veces que quisiera: ese era su plan. Había notado que el nivel de insensibilidad en la chica era muy alto, y eso que él se creía insensible. Por suerte, podía gozar de sensaciones como el placer, la lujuria y la excitación; aunque por desgracia también sentía el dolor y la obcecación.

Odiaba cuando la ira lo hacía perder el control; aunque en realidad no sentía odio, sino que se ofuscaba aún más. Ser un biodroid defectuoso era un problema para pretender ser normal, pero él no quería ser normal. Estaba bien tal y como estaba en aquel momento: matando para conseguir dinero y poder sobrevivir.

Jaden estaba agradecido por no tener sentimientos de culpa, aunque tampoco escogía a sus víctimas al azar. Escogía a los que vivían bien sin merecerlo, o a los maleantes que abusaban de su poder. Esa era otra de sus cualidades, un buen sentido de la justicia, el justo para juzgar a otros sin llegar a juzgarse a sí mismo por lo que hacía.

Cuando ella le preguntó si dormirían allí, él reparó en su cansancio. Sus pechos se movían violentamente bajo la blusa empapada, al son de sus jadeos. Ella era tan bajita que se había tenido que esforzar por seguir su ritmo, pero no se había quejado, es más, seguía con aquella expresión fría en el rostro, alterado únicamente por los jadeos. Jaden apartó la vista de los duros pezones de la chica y se metió en el portal. De verdad quería tirársela. ¿Acaso no era ella consciente de lo apetecible que se veía? Él estaba seguro de que sí y había utilizado ese punto flaco en él para hacerlo aceptar su propuesta. Ya tenía algunas ideas de cómo podría mantenerla, de cómo aprovechar su cuerpo para conseguir más dinero.

Por suerte, como era tan tarde, el dueño del motel les había rebajado el precio de la habitación, seguramente distraído por los enormes senos de la chica. Realmente ella no era una belleza extrema, es más, casi no la había mirado a la cara; pero sus curvas eran más que suficientes para obligar a cualquier hombre a hacer lo que ella quisiera. No, espera, pensó. Jaden sí la había mirado una vez a los ojos, a aquellos redondos ojos de color ámbar cadentes de sentimiento, vacíos por dentro y a la vez tan profundos que uno se podía perder el ellos. Eso había sido lo primero que le había llamado la atención: los ojos de un semejante.

De camino a la habitación, Jaden observó los labios de la chica, que había notado dulces al besarla antes. Mirándolos detenidamente, el labio inferior era más grueso que el superior y se sobresalía un poco, creando una expresión un poco infantil en ella y haciéndola parecer más joven. Además, sus labios eran de un tenue color rosado, casi rojizo, que también imperaba en sus pezones. ¿Por qué siempre acabo mirándole las tetas?, se preguntó el biodroid, antes de abrir la puerta de la habitación y ver la pequeña pero cómoda cama de matrimonio en medio del cuarto. En aquel cuarto tan vacío, era difícil no fijarse en tal camastro.

- ¿A dónde vas? -preguntó Jaden, viendo a la chica coger un albornoz del único armario empotrado y abrir la puerta del baño, pequeño y mohoso.

- Voy a ducharme -anunció ella, con un tono monótono. Tenía una voz grave que la hacía parecer adulta, extrañamente atractiva, como la voz de una cantante de blues.

Cuando ella cerró la puerta tras de sí, él se quedó unos instantes mirando por la ventana, dispuesto a esperarla. Con el sonido de la lluvia y la ducha de fondo, se quitó la camiseta chorreante y la tiró sobre la única silla del cuarto, pequeña y de madera. Jaden no se consideraba una persona impaciente, es más, nunca tenía prisa. Ni siquiera cuando el exmilitar que se había hecho cargo de él lo dejaba sin comer durante días con la excusa de que así se haría más fuerte. Ese, entre otros, había sido el motivo por el que se había deshecho de él, sin prisas, matándolo de inanición. Había sido divertido y "demasiado" considerado. A veces pensaba que tendría que habérselo hecho pasar peor.

Biodroids [COMPLETA)]Where stories live. Discover now