Corazón de Melón con Limón (libro #2)

Esta es la Verdad

Kentin me seguía sonriendo no solo con los labios sino también con la mirada, tenía los ojos llenos de esperanza y alivio mientras que yo no podía articular palabra ni mover un músculo. Mi pecho subía y baja violentamente y mis manos habían empezado a temblar ¿por qué justo ahora y por qué justo hoy que era el último día de plazo para que Kentin regrese? Nathaniel se adelantó y se puso delante mío, interponiéndose entre Kentin y yo.

-¿Qué pretendes?-le preguntó de mala manera. Kentin lo fulminó con la mirada y la esperanza y el alivio que había en sus ojos se tornaron en peligrosa amenaza.

-Aléjate antes que te vuele los dientes-gruñó de mala forma. En sus palabras no había ni medio rastro de compasión, al contrario... conocía muy bien ese tono y era una promesa segura que su amenaza iba a cumplirse si Nathaniel no acataba la orden. Reaccioné antes que sea más tarde y los separé.

-¿Qué quieres, Kentin?-le pregunté de mala forma. Poco me importaba que el loft esté a rebosar de gente extraña o conocida, esto tenía el sello de Rosa por todos lados, quizás había articulado esta fiesta de disfraces con el único propósito que no hiciéramos una escena, pero estaba muy equivocada...-Hoy es la fecha límite que te di para que demuestres la verdad y aún no has traído nada. Ni el más mínimo indicio que eres inocente.

-Antes que nada, respóndeme-me susurró mientras la ternura y la esperanza regresaban a sus ojos y su voz-¿Vienes conmigo?

Me envaré pues no tenía ni idea a que venía esa pregunta.

-¿Ir a donde?-pregunté.

-¿Vienes o no?

Su mano seguía tendida gentilmente con la palma hacia arriba y los dedos sutilmente abiertos, invitándome a posar mi mano sobre la suya y acabar así con seis largos meses de distancia y dolor. Miré a Nathaniel que me decía "no lo hagas" con la mirada... sin embargo tragué saliva y le tomé la mano. Aún recordaba el suave contacto de su piel contra la mía, su tibieza y firmeza. Kentin al sentirme en contacto con él. Nuestras miradas se cruzaron una milésima de segundo antes que él cierre sus dedos fuertemente en mi mano, como si de una trampa para osos se tratara y me abrazó colocando mi espalda en su pecho-Ya puedes hablar, Laeti.

¡¿¡¿LAETI?!?! La chica con la máscara de hockey dio unos pasos hacia el frente y se quitó la máscara ¡¡Era ella!! Cuando quise decir una palabrota Kentin me tapó la boca y empecé a patear con fuerza sin dejar de forcejear e intentar hablar aunque mis insultos se vieron censurados por la fuerte mano que tapaba mis labios ¡¿Qué carajos estaba pasando?!

-Annie, soy Laeti-susurró. Había algo en su voz que, de no haber sido por el estado violento en el que me encontraba le habría tenido lástima y hasta comprensión pero en ese momento luchaba para lanzarme encima-Kentin te está sosteniendo para que escuches la verdad sin interrupciones, y cuando yo termine te soltará y hasta incluso dejaré que me golpees. Me lo merezco.

"¡Claro que te lo mereces, hija de puta!" pensé.

-Annie, todo esto fue idea de Debrah-confesó la muchacha. "¡¿Debrah?!" Dejé de forcejear pero los brazos de Kentin no se relajaron, atentos y alertas de cualquier movimiento sospechoso que que mi cuerpo pudiese realizar. La mirada de Laeti era triste y avergonzada, seguramente todo esto le daba mucha pena-Debrah me convenció de hacer lo que hice. Nuestro plan era hacer que que te pelees con Kentin porque tú eres su punto débil. Me le he insinuado incontables veces, de mil maneras diferentes pero él siempre me ha rechazado, así que un día, cegada por la bronca, me dejé influenciar por Debrah. Me convenció a mi y a otro compañero llamado Wally para que hagamos esto.